𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐒𝐈𝐗

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Pasaron un par de días, el príncipe James y la princesa Azure se comenzaron a conocer, ellos pensaron en como podrían comunicarse de una manera más efectiva que las adivinanzas, gestos y señas, la pelirroja pensó en hacer uso del papel y la tinta,...

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Pasaron un par de días, el príncipe James y la princesa Azure se comenzaron a conocer, ellos pensaron en como podrían comunicarse de una manera más efectiva que las adivinanzas, gestos y señas, la pelirroja pensó en hacer uso del papel y la tinta, aunque no siempre podían comunicarse de esa manera ya que algunas ocasiones dichos objetos no estaban al alcance de sus manos.

Los síntomas extraños por el brebaje que Morgana le había brindado se habían ido disipando, pero, aún tenía ciertos problemas para poder caminar.

—Bien, aún tienes problemas así que no te presiones ¿Entiendes?—

Preguntó el muchacho de ojos azulados. La pelirroja asintió con una sonrisa dibujada en su rostro. El principe James y Azure se encontraban en la orilla del mar, el joven príncipe ayudaba a la chica a que pudiera caminar.

—Adelante—

Pronunció el pelinegro y ella comenzó a dar algunos pasos torpes que empezaron a ser más firmes con el paso de los segundos. Lake tomaba de las manos a Pearlescent y avanzaba con lentitud. El varón al observar la firmeza en el caminar de Azure empezó a soltar sus manos con delicadeza para después dejar de avanzar y permitir que la muchacha continuara sola.

La ojiazul avanzó sin flaquear, ella definitivamente había mostrado un gran progreso en pocos días.

—¡Lo lograste!—

Celebró el de cabellera azabache. El ojiazul se acercó a la fémina quien aplaudió demostrando su emoción. Azure al querer abrazar al joven que se encontraba con ella tropezó y sus propios pies habían provocado aquello pero Lake evitó su caída tomándola entre sus brazos. Los dos jóvenes se quedaron en silencio e hicieron contacto visual. 

Pearlescent desvió la mirada mientras el rubor comenzaba a aparecer en sus mejillas. James se percató de aquello un tanto apenado y ayudó a la mujer a ponerse de pie. Ella sin poder evitarlo lo abrazó y besó la mejilla del príncipe.

Aquello había tomado por sorpresa al pelinegro pero no le molestaba en lo absoluto. La de cabellos rojizos tomó la mano de su acompañante y en la palma de su mano comenzó a pasar su dedo índice, dibujando letras, una por una hasta completar un «Gracias»

𝐌𝐞𝐫𝐦𝐚𝐢𝐝 𝐊𝐢𝐬𝐬𝐞𝐬ೇ︨︧ཾᴶᵃᵐᵉˢ ᴸᵃᵏᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora