capítulo 2

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Nery

Es domingo, las tres de la madrugada, solo estoy despierta viendo la luna, me hace sentir tranquila, me levanto del pequeño mueble que se encuentra al lado de la ventana, tomo un saco demasiado grande y caliente, y vuelvo a mi lugar, hoy la luna está más oscura de lo normal, las lágrimas empapan mis mejillas, me quedo así por horas, hasta que veo al sol salir, escucho a mi padre levantándose así que me lanzo a mi cama, me arropo y fingo estar dormida cuando él entra a mi habitación, escucho como cierra la puerta, minutos después escucho la puerta principal cerrarse, me levanto, me cepillo y bajo a la cocina, tomo una tostada y un poco de dinero del que he ahorrado, me pongo unos tenis y salgo de casa.

Aún es muy temprano, pero ya ha amanecido, camino por las vacías calles mientras me como mi desayuno, entro a una tienda y una vez ahí compro dos bebidas energizantes, hoy veré a un amigo.

Salgo de la tienda después de haber pagado las cosas, y emprendo camino hacia el viejo lago donde siempre me reuno con ese chico de hermosos labios, y sí, me refiero a él de esa manera porque a pesar de ser viejos amigos acordamos no saber el nombre del otro, así si alguno se pierde o se va de la vida del otro, ninguno de los dos tendrá como encontrarlo, y será más fácil olvidarse mutuamente, eso lo propuso él, a mi me parece tonto así que propuse no sentir nada por el otro, y si sentíamos cariño por el otro no se lo diríamos o demostraríamos, pusimos ante todo la frialdad, solo para no salir heridos.

Camino por unos cuantos minutos y llego al lago, ahí está, tan ido y perfecto como siempre.

Me acerco y tomo asiento a su lado.

-llegaste - dice sonriendo.

-tengo cosas que contarte - digo sonriendo de la misma forma.

-¿pasó de nuevo? - pregunta y yo asiento.

-si, pero también pasó algo bueno - digo mirando al frente.

-¿ah, si?, cuenta - dice emocionado y yo río levemente.

-sabes que todo tiene un precio - digo mirando su mano.

-no te la daré - dice escondiendo sus manos.

-por favor, ayer no la probé - digo con un puchero.

-no puedo - dice conectando nuestras miradas.

-ash, entonces me voy - digo haciendo el amage de irme.

-espera.... no quiero hacerte daño - dice con la cabeza gacha.

-fui yo quien decidió entrar a esto, ni tu ni nadie va a ayudarme - digo con mis ojos cristalizados.

-siéntate - dice y yo obedezco - sé que dijimos que no debíamos sentir nada por el otro, pero te quiero, eres como mi mejor amiga, después de él, has sido como mi salvación - dice con sus ojos cristalizados - no quiero perderte - dice con su voz quebrada.

-lo sé, yo tampoco puedo perderte - digo abrazándolo - pero necesito un poco, solo un poco - sollozo en su hombro.

-¿un poco? - pregunta y yo asiento. - bien - dice separándose.

Saca las pastillas y las abre una por una, en total cinco, de las más fuertes, así es como pasamos nuestro tiempo juntos, saca otras dos y las aplasta.

Selfish (Jeon Jungkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora