Capítulo 4: Sin censura para que duela el doble.

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Irene.

-¿¡Por qué le dijiste aquello?! -me recrimina Daisy poniendo sus manos en la cintura, yo suspiro mirándome en el tocador de su cuarto mientras me pongo las lentillas, acabo de contarle todo lo ocurrido anoche con Dante, y ya me estoy arrepintiendo de haberlo echo.- Y ¿¡Cómo se te pudieron olvidar las lentilla?! ¡Te podría haber pillado! -paso las manos por mi cara, giro el asiento hacia ella mirándola a los ojos.

-Era tarde cuando llegué, estaba deseando ponerme cómoda, los tacones me estaban matando, el vestido picaba por dentro, los ojos me ardían de llevar todo el puto día las lentillas puestas, lo único que quería era estar cómoda-me encojo de hombros y le hago ver que de verdad fue un descuido- aparte, no creo que sonara muy indirecta lo que le dije, como si no hubiera personas en el mundo que se lían con amigos y acaban mal.

-Irene, que Dante no es tonto, ten cuidado hoy, como empiece a sospechar se nos va a la mierda el plan joder -suspira pellizcando el puente de su nariz.

-Si nos pilla, pues a la mierda y ya Daisy -suspiro- No le he contado ya la verdad por miedo a que se enfade, y soy consciente de que como me pille él será peor, pero no soy capaz de coger y decirle, "mira Dante soy Irene y me he disfrazado para vengarme porque Daisy me comió la cabeza en un momento de bajón" -vuelvo mi mirada al espejo y voy cepillando mi cabello.

-No se yo que es peor... -murmura sentándose a los pies de la cama.

-Por cierto, necesito un número nuevo de teléfono, con el mío no puedo llamarlo sin utilizar el numero privado -la miro por el espejo y asiente.

-¿Y con mi primo que os traéis ?-levanto las cejas.

-Ni yo lo sé Airin... -se echa hacia atrás suspirando.- Un día nos queremos, al otro pasamos, al siguiente follamos, es raro... -No puedo evitar soltar una pequeña sonrisa triste.

-¿De qué me sonará esa historia?

Ella no responde, pasa las manos por su cara suspirando.

-No me compares, tú estabas casada con psicópata y por eso no podías con Dante -se encoge de hombros- pero ¿Jaime y yo?, No entiendo porque no podemos estar juntos -suspira.

-Dale tiempo al tiempo -me levanto de la silla y procedo a vestirme.- No lo fuerces y deja que fluya.

-Si lo mismo dijiste con Dante y mira como acabó -la miro mal.

-Dante y yo pudimos estar juntos desde un principio, de no haber sido porque yo estaba con Jason y cuando pude estar con él empezó con la zo...-me muerdo la lengua apretando mis puños aguantando un bufido. - con Gia...

-Pero di lo que es, no te muerdas la lengua. Es una pedazo de zorra y se le ve la maldad en la cara, es de las típicas que va de amiga y te da la puñalada. -suelto una carcajada mientras me ato los cordones de los zapatos.

-No te equivocas desde luego... -hago una mueca.

-Oye y ¿Por qué Dante y Jaime se dejaron de hablar? -pregunta curiosa y me quedo pensando frunciendo el cejo.

-Pues buena pregunta...-me apoyo en la pared. - Nunca le pregunté, no le presté atención tampoco, casi siempre andaban peleando por cualquier cosa, supongo que fue por Jaime, cuando Dante y yo lo dejamos seguramente le echó la bronca y Dante lo mandó a paseo. -Se escucha el claxon de un coche afuera y miro por la ventana encontrando el lambo de Dante fuera, me acerco a Daisy y beso su mejilla abrazándola.- Me tengo que ir, no me esperes despierta.

-Suerte lagarta -me devuelve el beso en la mejilla y tras dedicarle una sonrisa, cojo mi bolso negro de victoria secret's, para a continuación montarme en el coche de Dante, beso su mejilla en forma de saludo.

Canciones de balas perdidas ; Nuestro punto y seguido continúa. (T#2) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora