Irene.
-¿Estoy muerto? -susurra ronco en medio de un ataque de tos, se lleva la mano al pecho mientras agarra en el medio de su puño su camiseta, le apoyo la cabeza en mis piernas.
-¿¡Eres imbécil?! -me sale gritarle al borde del llanto, lo miro negando con los ojos aguados. Este chico solo sabe sacar lo peor y lo mejor de mi- ¿Sabes el susto que me has dado...?
-Nunca imaginé que iría al cielo... -susurra débilmente incorporándose, toma mi brazo tirando de mi hacia él abrazándome con fuerza, ambos nos dedicamos a disfrutar de ese cálido abrazo, el cual nos era necesario desde el otro día. ¿Es que hemos olvidado todo lo que ha pasado?
-¿Qué es lo que ha pasado Dan? -pregunto preocupada acariciando suavemente su espalda notando como a cada caricia su cuerpo se relajaba más, mi cara se esconde en su cuello, sin querer separarme de ese abrazo que realmente me ha reiniciado la vida.
-Ojalá lo supiera... ¿Cómo has llegado hasta aquí? -hace un puchero tierno mirándome llevando sus manos a mi espalda acariciándola suavemente provocando que mi piel se erice al completo al sentir sus manos. Su miraba me transmitía preocupación aunque no quisiera decirlo. Lo conozco, he aprendido a interpretar lo que sus ojos me dicen, lo que su boca no logra expresar.
-Saltó la alarma -hago una mueca mirando sus ojos- cuando me envió la ubicación de tu casa supe que había pasado algo... -suspiro bajando la cabeza para luego volver a mirarlo apenada- ¿Qué es lo que está pasando Dante? ¿Por qué todo esto? ¿Qué es lo que tanto te empeñas en ocultarme?
Él no dura mucho sosteniéndome la mirada ya que la baja. Eso significaba total evasión.
-No lo sé, quizás fue un robo...
Sé que miente, no me mira a los ojos, sin embargo, no digo nada más al empezar a notarlo tiritar. Por ahora prefiero dejarlo así.
-Vamos a la ducha anda, te vendrá bien un baño caliente, estás helado -hago una mueca deslizando mi mirada por todo su rostro. Sus labios mantienen ese color azulado del frío.
Dante no dice absolutamente nada, simplemente asiente despacio. Lo notaba ligeramente diferente, como ausente. Como si su cuerpo no se correspondiese a su persona. Como si me ocultara mil cosas y no me decía ni una. ¿Se tramará algo?
Lo tomo como puedo yendo hacia el baño de la planta de arriba, cuando conseguimos llegar, lo dejo sobre la tapa de W.C. y voy quitándole la camisa, Dan mantiene la mirada perdida por el cuarto de baño así que opto por tomar su cara entre mis manos haciendo que me mire, ambos nos miramos a los ojos, queriéndonos decirlo todo, sin embargo mantenemos la boca cerrada. Un nudo en la garganta no me deja ni hablar, me siento mal, me siento vacía y dolorida por esta tensión que hay entre él y yo, que yo sé que en parte es culpa mía.
Dante es el primero en abrir la boca.
-No estaba con ella, Irene... -susurra de la nada bajando su cabeza a sus manos, las cuales juegan entre ellas. Siento que quería decirme esto desde hace tiempo, pero ¿porqué tardó tanto?
Un largo suspiro sale de mis labios creyendo saber a quien se refiere y a que, pero no tengo nada de ganas de sacar este tema.
-¿Con quién Dan?... -murmuro peinando su pelo hacia atrás y hago que apoye su cabeza en mi vientre mientras acariciando su espada y su cabello mimándole un poco, pues en parte sé que lo necesita para llegar a relajarse.
- Aquel día... Aquel día que volví de la nada, aquel día que llevaba meses planeando y te fuiste... -dice bajo- no estaba con Gia... Volví por ti... - mi corazón se encoge al llegar a oír sus palabras, me hace llegar a maldecirme a mi misma, por mi ser tan desconfiada, por haberme cobrado una venganza que en verdad no era ni mía, me siento realmente mal por todo lo que nos rodea. Enseguida siendo mis ojos llenarse de lagrimas, me veo obligada a tapar mi boca con una de las manos mientras la otra se encuentra en su nuca, mi cabeza se inclina hacia arriba y suelto un pequeño sollozo ahogado que no puedo aguantar. Por mi cabeza pasan tantas cosas que podrían haber pasado... ¿y sabes? Ninguna de ellas era mala. Quizá era eso lo que más llegaba a doler.
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Canciones de balas perdidas ; Nuestro punto y seguido continúa. (T#2) (+18)
RandomTras la repentina separación de Dante e Irene, todo en la vida de estos fue cuesta arriba y pesada. Ella, dolida porque creyó que el amor sería más fuerte que cualquier cosa que se les pusiera por encima. Él, magullado por el dolor del engaño, por...