Dante.
Mi mirada está perdida escuchando la voz de Samuel informándome de todo sobre la guerra que se nos viene encima ¿Justo ahora?, no puede ser, justo cuando todo iba bien.
Cuando todo iba bien... ¿Cuándo en mi miserable vida ha ido bien algo? Joder.
-¿Dante? -me llama Irene en la cama lo suficientemente alto como para que Samuel pueda enterarse a través del teléfono lo cual provoca que trague saliva .
-¿¡Qué haces con mi hija?! -dice en un tono que consigue helarme entero.
-No alucine señor... -digo como si nada, pero se que de nada sirve ya que ese hombre es de todo menos idiota.
-En dos horas pasa el camión, dile a mi hija que también pasa a por ella.
-¿!Que?! ¿A por Irene...? No... -niego rotundamente cuando no tengo ni voz ni voto en esta situación.
-Dante, es una orden, el futuro del mundo y de que no haya una tercera guerra mundial depende de nosotros, os veo aquí- dice claro y sin remordimientos.
Y dicho esto, me cuelga, sin darme tiempo a poder solicitar nada, giro la mirada hacia Irene, la cual yace en la cama, su espalda está desnuda mientras su cuerpo está tumbado bocabajo, el pelo lo tiene echado, a un lado mientras está abrazada a la almohada bocabajo, la manta superior está medio caída al suelo mientras que la sedosa sabana tapa su trasero y sus piernas, no voy a negar lo evidente, se ve preciosa y de cierta forma me da pena despertarla, pero es eso o que su padre me pegue un tiro en medio de la frente por no cumplir con su orden.
Suspiro perezoso y me acerco a ella, gateando por su cuerpo hasta lograr alcanzar su cuello con mis labios, voy dejando suaves y húmedos besos en él provocando que se estremezca bajo mi cuerpo a la vez que se despereza sutilmente.
-Hola... -suelto una risa sin poder tan siquiera aguantarla ya que su cara lo dice todo, quiere seguir durmiendo.
-Hola -toma el filo de la sábana volviendo a taparse para luego darse la vuelta hacia mi quedando bocarriba rozando nuestras narices.
-Me ha llamado tu padre -le anuncio mientras aparto el pelo de su cara.
-Mmmm... ¿Para qué? -frunce el cejo mientras se remueve ligeramente.
-Nos necesita en la base militar... -hago una mueca de disgusto torciendo los labios.
-¿Qué? -abre los ojos de golpe incorporándose- ¿Por qué?
-Estamos en guerra Irene....-digo mirando sus ojos llenos de incredibilidad. Y no dice nada más, se mantiene callada y su cara lo expresa todo, sus labios se mantienen apretados formando una linera recta mientras su cejo se frunce levemente y a su vez tuerce la boca, junta sus manos jugando con ellas, un tanto tensa.
No quiere hacerlo.
-No puedo ir... por dios Dante, tengo que... -y se calla
¿Qué? ¿Tiene qué? ¿Por qué mierda siempre deja la frase a medias sabiendo la rabia que me da que me deje así?
Yo no digo nada, la miro de rodillas en la cama, con los brazos cruzados sobre mi pecho elevando una ceja, esperando a que continúe, sin embargo no lo hace, evita mi mirada y se levanta, empezando a vestirse pasando completamente de mi.
Tomo su brazo cuando pasa por mi lado, enseguida noto una tensión chocante entre ambos, como si de un momento a otro conociéramos todos nuestros trapos sucios y quisiéramos matarnos mutuamente, como si de un solo abrir y cerrar de ojos se tratase, ella me sonríe con seguridad.
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Canciones de balas perdidas ; Nuestro punto y seguido continúa. (T#2) (+18)
RandomTras la repentina separación de Dante e Irene, todo en la vida de estos fue cuesta arriba y pesada. Ella, dolida porque creyó que el amor sería más fuerte que cualquier cosa que se les pusiera por encima. Él, magullado por el dolor del engaño, por...