Capítulo 6: Un abrazo es un poema escrito en la piel.

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Irene.

Trago saliva, quedándome paralizada frente al espejo, voy a abrir la boca para defenderme e intentar negarlo, no voy a negar que lo único que recorre mis venas ahora mismo es miedo.

Me gira bruscamente y agarra mi mentón obligándome a mirarlo a los ojos.

-¿Por qué? ¿Qué necesidad de vengarte así por un puto calentón? -sus corneas irradian furia- ¿O lo has hecho solamente para acostarte conmigo?

-No...no se de que... -toma mi cara en su mano acercándola a su rostros.

-No quiero ni una puta excusa, Irene, ya basta de mentiras. -da un golpe al lavabo con su otra mano, lo que provoca que me sobresalte por el susto.

No me sale articular palabra alguna, no puedo. Tengo miedo...

-¿Tan cobarde eres? -me mira decepcionado negando. - Has cruzado la ralla...

-¿Desde cuándo lo sabes? -susurro, es lo único que sale de mi.

-Desde que te vi con ese jodido vestido rojo en la fiesta -se separa de mí, su espalda se pega en la pared y se cruza de brazos.

- Si ya lo sabias... ¿Por qué me lo echas en cara? ¿Qué derecho hay?, fuiste tú quien me dejó acercarme, fuiste tú el que me metió en su cama.

-Por qué pensaba que no serias tan estúpida como para no decirlo. ¿Tenía Jason razón entonces cuando decía que te acostaste con él? porque es que ya me lo espero todo -su mandíbula se tensa, y mis ojos se llenan de lágrimas bajando la cabeza.

-La estúpida que tu dices... pasó un infierno por culpa de ese miserable...-levanto cabeza dejando que las lágrimas caigan por mis mejillas- tan tonta y masoca no soy para volver a pasar por eso Dante...

Él me sigue mirando con asco, como si de una mierda me tratase.

-Vete -es lo único que sale de sus labios.

-Dan...

-¡QUÉ TE VAYAS! -me grita rebosando en furia obligándome a bajar la cabeza enseguida, me visto y cojo mis cosas saliendo de la casa, me monto en mi coche y una vez allí... Me termino de romper, lloro como una niña pequeña tapándome la cara con las manos.

Joder... ¿A quién se le ocurre por el amor de Dios?

Mis sollozos llenan el coche y mi tristeza mi alma. Sin embargo mi llanto se ve interrumpido por una llamada, descuelgo el móvil sin ganas ninguno y me lo coloco en la oreja.

-¿Sí?... -susurro absorbiendo los mocos hacia dentro, mientras apoyo la cabeza en el cabecero del coche.

-¡POR FIN DAS SEÑALES DE VIDA! -se escucha a Fran al otro lado de la línea.

-Perdón... he estado ocupada - si, mintiendo al tío del que estoy enamorada.

-¿Estás bien? -me pregunta preocupado.- No tienes buena voz.

-Si, no te preocupes, es solo un constipado... -limpio mis lágrimas.

-¿Nos vemos mañana? Tengo algo que contarte.

-Está bien, adiós.

-Adiós- cuelgo el teléfono y apoyo mi frente en el coche cerrando los ojos pero de nuevo me vienen las ganas de llorar y lo hago, soltándolo todo.

Transcurridos unos minutos arranco hasta la casa de Daisy, toco a la puerta y ella abre dejándome paso.

-¿Qué ha pasado? -frunce el cejo.

Voy a responder pero al levantar la cabeza y ver a mi primo voy hacia él seria.

-¿¡CUÁNDO PENSABAS CONTARMELO?! -Sollozo golpeando su pecho.

Canciones de balas perdidas ; Nuestro punto y seguido continúa. (T#2) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora