cómo dice el título, aquí podrán hacerme pedidos y one shots cosa que también habla sobre este incleible anime.
espero que les guste ya que es mi primera vez escribiendo este contenido ya que antes tenia otra cuenta pero nunca escribí sobre beyblade...
Era un día hermoso, el sol iluminaba cada rincón de la cuidad, todos estaban maravillados con lo cálido que sería el día...O bueno, eso era está mañana.
De la nada se desató una gran lluvia, la manera de llover era impresionante, estaba lloviendoa cántaros. La de apellido Sakurami se encontraba bajo el techo de su escuela esperando a que la lluvia parará o se calme un poco para ir a su hogar, pero parecía que eso le tomaría un largo rato.
Hace más de una semana ingreso a una nueva escuela, en Estados Unidos, su familia su mudo de Japón hasta ese país por temas laborales.
No quería irse de su hogar pero no tuvo de otra. "Te acostumbraras" le dijo su madre, después de todo, no eran tan malo tener un nuevo aire.
Volviendo a lo de antes, Izumi era la única que estaba en la escuela o eso creía ella, pronto cierta cabellera albina se coloco junto a ella.
Izumi levantó la mirada para encontrarse al chico que le roba muchos suspiros a la mayoría de las chicas de la escuela, Shu Kurenai. El adolescente con un futuro prometedor, con tan solo casi catorce años ya era dueño de uno de los equipos más importantes en el mundo beyblade; los Ralling Balls, su vida era sorprendente y ni hablar de su carrera como Blader, ya formaba parte de las leyendas de ese deporte.
Algo muy asombroso para tener solo trece años.
Es la envidia de cualquiera.
Nunca se le acercó por culpa de sus compañeros, cualquier chica que pase al lado del Kurenai ya es una enemiga más para ellas, si las miradas mataran, todas esas chicas que tan solo respiran el mismo aire que el estarían cinco o seis metros bajo tierra.
Y sin exagerar.
A la Sakurami le parecía un chico interesante, después de todo, venían del mismo país y ambos eran los únicos japoneses en toda la escuela.
— Hola Izumi-chan.— le saludo el albino.
— ¿Sabes mi nombre?.— pregunto la de cabello Castaño claro viéndolo con asombro.
《Creíque ni siquiera sabia de mi existencia.》 Fueron uno de los muchos pensamientos de la Sakurami.
— Claro, vamos al mismo salón y compartimos varias clases.— le respondió con gentileza.
《Es cierto, ¡Que tonta!.》
— E-es cierto, lo lamento muchísimo, ando distraída.— trato de sonreír, pero pareció más una mueca extraña.
— No pasa nada, dime, ¿Te esta gustando el lugar?.—
— Si, es muy bonito.—
Un silencio algo incómodo se formo, ninguno sabía sobre qué hablar.
Pero Shu decidió romperlo.
— ¿Vendrán a buscarte?.—
— No, me voy sola. Mis padres trabajan y vuelven por la noche, estoy esperando a que se calme un poco.— respondió la chica.
— Ya veo...— el Kurenai se quedó mirando el suelo por unos segundos como si estuviera meditando sobre algo. — Yo estoy esperando al Taxi, ¿Vamos juntos?.—
— ¿Enserio?, creo que si, si es que no te molesta. Yo pagaré la mitad.— sonrió la Sakurami.
— No hace falta, yo fui quien te dio esa opción y yo seré el que pague.—
El albino solo la miró y sonrió, al igual que la chica. Ambos se sentían cómodos con el otro, era bueno tener una nueva amistad, o quien sabe, tal vez algo más.
— ¿Te gusta el Beyblade?.— pregunto el albino.
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Lo haré en dos partes para tener más imaginación, literalmente luego de publicar algo me da un golpe de inspiración
