6『18 de Octubre: Lenguaje del amor』

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Mezcolanza de todas las temáticas.

Shisui: 23.

Itachi: 21.

Sasuke: 17


❤️❤️❤️

Sasuke murió esa fría mañana de invierno. Su corazón; después de estar tantos años esperando el momento, finalmente sucumbió ante aquel soplo que hizo añicos sus esperanzas y anhelos. Itachi sintió cómo le arrebatan el alma en el proceso; fue como si algún ser malvado quisiera extraerle toda su energía vital, llevándose a Sasuke en el proceso. Ni mil años de paz, o alguna técnica especial que le permita volver el tiempo y cambiar de lugares serviría, sería un bucle infinito de rememorar las malas treguas. Sasuke no puede volver; Itachi no puede cambiar de papeles, a él le toca vivir esta realidad en la que su hermano ya no está. Él se fue con una sonrisa.

«Siempre te amaré».

«No tienes que perdonarme».

«Lo hago porque quiero, no porque me lo pidas».

Itachi no cabe en su desconsuelo. La persona a la que él juró proteger con su vida, había cedido ante los problemas de su cuerpo.

Hay cinco maneras diferentes de expresar amor, y Shisui quiere demostrarle todas ellas a Itachi para que no esté triste.



Itachi no puede controlar sus hipeos desesperados al ver el ataúd vacío donde irá su hermano; llegaron temprano a la fiesta póstuma. Una voz se escucha al fondo donde le piden a los invitados abandonar la sala para poder acomodar al anfitrión. Itachi llora más fuerte, Shisui lo escolta hacia la puerta.

Necesita contacto físico.

Shisui lo abraza fuerte aunque sus músculos tensos ya le duelen. No quiere aflojar su agarre para que Itachi no crea que lo está dejando solo. Con la mano detrás de su nuca hace que Itachi recueste la cabeza en su pecho; el contacto o quizás el hecho de que ya no puede ver su rostro lo hacen perder el control por un momento: grita, agoniza, se rompe en los brazos de su novio que trata de apaciguar a su alma dolida. Él tampoco puede devolverle a Sasuke.

La madre se acerca cuando su primogénito se aleja unos segundos de su novio para respirar mejor. Ella pone la mano en su hombro y le regala una caricia. Itachi la mira a los ojos, rojo intenso contra ónix apagado; ninguno de los dos sabe quién está peor.

No hay palabras que ella pueda decir para que Itachi la entienda mejor. Se aferra a ella como el niño que nunca pudo ser desde que conoció a Sasuke. Su madre lo abraza como la progenitora que no lo abandonó al darle un hermoso hermano.


Pasadas unas horas Itachi no puede con su dolor de cabeza; tiene la cara hinchada y la piel reseca, los ojos rojos y cansados. Él está agotado.

Shisui se ofrece a llevar a su casa pero Itachi se niega. «Llévame contigo. No quiero estar solo».

En su departamento Itachi llora en silencio en la cama y Shisui lo abraza, besa su cuello, su cabello y limpia sus mejillas. Le duele ver a la comadreja así, indefensa.


A la mañana siguiente una taza de té verde lo espera en la mesita portátil que Shisui acaba de subir a su habitación. Itachi no ha querido levantarse de la cama y ya son las 10, cuando normalmente se levanta a las 7; Shisui sabe que no está dormido.

Agradece sus actos de servicio.


Su mente vaga en recuerdos tortuosos mientras una mano sostiene su cabeza que duele; Shisui fue a presentar un examen después de llevarle el té y ahora Itachi ansía tiempo de calidad. No tiene nada a cambio, solo quiere su compañía.


Por la tarde Shisui sigue los pasos apresurados y desesperados de Itachi por las orillas de la playa Nakano; para él visitar el mar siempre fue un lugar feliz, pero ahora, siente que su novio necesita despejar su mente y que las lágrimas saladas que corren desesperadas por sus mejillas se vean diminutas a lado del profundo océano que se divisa al horizonte.


Llegada la noche Itachi escudriña entre los recuerdos que quedan de su hermano y se da cuenta de que no habrá más regalos para él. Se da cuenta de que los meses irán pasando lento pero la culpa lo irá consumiendo en vida; pronto no podrá estar en paz cuando esa fecha se acerque. No tendrá que comprar regalos ostentosos ni viajar a lugares maravillosos o reservar toda la noche en un restaurante lujoso para decirle a su hermano cuánto lo ama; aunque Shisui esté ahí y no sea celoso –sabe que es por su bien–.

Sus pensamientos se los lleva el viento cuando Shisui decide hablar después de un día en silencio; sabía de antemano que sus palabras sobraban.

—Te amo. Siempre fuiste bueno con él.

Pero Itachi no cree en sus palabras.

Itachi tiene un pasado muy oscuro donde dañó la inocencia de Sasuke.

Sasuke lo perdonó. Itachi aún no puede perdonarse a sí mismo...


Porque la comadreja maltrató el cuerpo del azulejo. Y él cuervo lo sabe desde hace años; no tuvo el valor de denunciarlo.



❤️❤️❤️

Esto estaba planeado para el día 2 del ShiIta Fall Week, pero luego me pareció muy perturbador para todo el amor que quiero poner ahí. 

Historias cortas, lágrimas amargasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora