Capítulo 35

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter pertenecen a la escritora J.K. Rowling. El Mundo y los personajes de Cancion de Hielo y Fuego pertencen unicamente a George R.R. Martin, un grande que escribio esta gran serie, asi que nada de esto me pertenece y no busco animo de lucro, solo incentivar la lectura. La serie de Juego de Tronos pertence a D.B. Weiss y David Benioff junto con el gran George Martin.

Créditos: Agradecer a Arkane007 y su historia 'Reborn: Into the Wild Westeros' que tome como base para esta historia mas extendida y que espero completar y llegue a gustar a la gente.


También darle las gracias a Sage1988 por permetirme usar escenas para este capítulo de su historia Sword and Roses, los créditos también a él.

Darle las gracias también a danivat por permitir usar escenas para este capítulo de su gran historia Dragonstone, los créditos para él.

Advertencia: este capítulo contiene escenas de sexo explícito y violencia. Se recomienda discreción.

Capítulo 35

Ned Stark

Dragonstone.
Ned, a pesar de sí mismo, apenas pudo aguantar su sollozo cuando puso un pie sobre Dragonstone y un par de fuertes brazos le rodearon el cuello. Ned levantó sus propios brazos y envolvió a Jon en su abrazo, lo abrazó con fuerza. Dioses, nunca quiso dejar ir al chico, pero a juzgar por el abrazo del chico, se alegraba de verlo y haberlo dejado ir. Ned dejó que su mano acariciara los apretados rizos del chico, sosteniendo su cabeza contra su propio hombro. No podía creer que habían pasado casi un año desde la última vez que había visto al chico de Lyanna, no podía creer lo grande y fuerte que estaba. Dioses, apenas podía creer que era Jon en sus brazos, se había disparado como una maleza, más ancho y mucho más alto de lo que recordaba Ned. 

- Es tan bueno verte de nuevo, muchacho – Dijo Ned. 

- Tú también - Respondió Jon, clavándose los dedos en la nuca de Ned - Te extrañé mucho, tío Ned.

Ned lo apretó con más fuerza ante las palabras. Jon nunca había estado destinado a crecer separado de él. Ned siempre había tenido la intención de mantenerlo cerca, mantenerlo a salvo y amado. Lo habría hecho, si las circunstancias no hubieran conspirado contra él. Y por los dioses, era bueno ver lo bien que Jon había prosperado a pesar de lo poco que Ned había podido darle durante los últimos años. 

– Yo también te extrañe, hijo – Dijo Ned con la voz quebrada.

Fue necesario que Arya tirara casi frenéticamente de su capa para que Ned finalmente diera un paso atrás y observara cómo Arya se lanzaba hacia Jon, quien la agarró fácilmente y la hizo girar, riendo mientras lo hacía. La voz de Jon era fuerte que decía lo mucho que Arya había crecido mientras abrazaba a la que a pulso seguía siendo su hermana pequeña con fuerza. Su acento en estos días era una curiosa mezcla del Norte, las Tierras de la Corona y el Mar Angosto, y dado quién era su esposa, Ned supuso que tendría que acostumbrarse a eso. Finalmente decepcionó a Arya para que pudiera lanzarse hacia su primo Adryan que decía lo bien que le había sentado sus viajes y Jon regresó al lado de Ned. Mientras los invitaba a dentro para que se acomodaran.

Ned asintió con la cabeza, mientras seguía el camino a Jon y Adryan mientras hablaban, Jon vestía de negro, blanco y rojo como nació para él, lo que no debería sorprender a nadie que supiera la verdad. Y parecía estable, asentado, de una manera que nunca había tenido. Una parte de Ned casi quería reír. Lo que sea que haya hecho para que Jon se sintiera querido y amado, nunca podría compararse con lo que habían hecho Adryan y Robert, colocar al niño en Dragonstone y devolverle la otra mitad de su herencia. Aquí, parecía parte de la tierra, parecía natural, como si perteneciera, de una manera que nunca había tenido en el norte, independientemente de su apariencia.

Maestro de la Muerte: El Renacer de ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora