Capítulo 75

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter pertenecen a la escritora J.K. Rowling. El Mundo y los personajes de Cancion de Hielo y Fuego pertencen unicamente a George R.R. Martin, un grande que escribio esta gran serie, asi que nada de esto me pertenece y no busco animo de lucro, solo incentivar la lectura. La serie de Juego de Tronos pertence a D.B. Weiss y David Benioff junto con el gran George Martin.

Créditos: Agradecer a Arkane007 y su historia 'Reborn: Into the Wild Westeros' que tome como base para esta historia mas extendida y que espero completar y llegue a gustar a la gente.

Un agradecimiento especial choejhulk9 por permitirme usar un poco de su historia 'The Blue Wolf' para darle más vida a la historia.

También darle las gracias a Sage1988 por permetirme usar escenas para este capítulo de su historia Sword and Roses, los créditos también a él.

Capítulo 75

Pyke, Islas del Hierro.

Era de una belleza innegable. «Pero la primera siempre es una belleza», pensó Theon Greyjoy.

- Hermoso espectáculo, ¿eh? - Dijo una voz femenina detrás de él – Al joven señor le gusta, ¿verdad?

Theon se volvió y le dirigió una mirada valorativa. Le agradó lo que vio.

Hija del hierro, eso se notaba a primera vista: esbelta, de piernas largas, el pelo negro recogido en una trenza que caía sobre su hombro, la piel palida por el viento frio, manos fuertes y seguras, y una daga al cinto

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Hija del hierro, eso se notaba a primera vista: esbelta, de piernas largas, el pelo negro recogido en una trenza que caía sobre su hombro, la piel palida por el viento frio, manos fuertes y seguras, y una daga al cinto. Tenía la nariz recta y afilada para su rostro hermoso con ojos oscuros y casi vacíos, pero lo compensaba con una sonrisa preciosa. Calculó que tendría unos pocos años más que él, pero no pasaría de los veinticinco. Se movía como si estuviera acostumbrada a tener la cubierta de un barco bajo los pies.

- Sí, es una belleza – Dijo Theon - Pero no tanto como tú.

- Vaya, vaya – Dijo. La joven sonrió - Más me vale tener cuidado. El joven señor tiene la lengua de miel.

- Pruébala y lo sabrás.

- ¿Así nos ponemos? - Replicó, mirándolo directamente a los ojos. En las Islas del Hierro había mujeres (no muchas, pero sí algunas) que tripulaban los barcoluengos junto con los hombres, y se decía que la sal y el mar las cambiaban, les daban los apetitos de un varón - ¿Ha estado mucho tiempo en el mar el joven señor? ¿O es que en el lugar de donde vienes no había mujeres?

- Mujeres sí que había, pero ninguna como tú.

- ¿Y qué sabrás tú cómo soy yo?

- Tengo ojos para verte la cara. Tengo orejas para oír tu risa. Y la polla se me ha puesto dura como un mástil.

Maestro de la Muerte: El Renacer de ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora