Capítulo II - La Noticia

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Enji despertó con un terrible dolor de cabeza, al parecer haber bebido anoche ya le estaba cobrando cuentas.

Cuando abrió los ojos, los cerró inmediatamente por la luz del sol que se colaba a través de la ventana, después de unos minutos logró acostumbrarse, encontrándose algo desconcertado pues no se encontraba en su habitación, por ende dedujo que tampoco se encontraba en su casa.

Cuando se sentó sintió una punzada de dolor en su espalda baja haciendo que se quedara quieto instintivamente, tampoco recordaba algo de lo que sucedió después de todo el alcohol estaba haciendo de las suyas.

-Genial, aparte de él dolor de cabeza y espalda baja, no recuerdo que sucedió anoche y ni siquiera estoy en mi casa- pensó irónicamente el héroe número dos, notando al mismo tiempo que ni siquiera era su ropa la que usaba en este preciso momento.

Mientras tanto Toshinori se encontraba en la cocina, preparando el desayuno para su pelirrojo, lo que preparo era algo sencillo, un pantostado con un huevo estrellado enzima, y por un lado una ensalada sencilla que contenía lechuga, tomate, sal, pimienta, y aceite de oliva.

Algo ligero, la verdad no quería que comiera pesado, no después de lo que había sucedido entre ellos.

Después de servir el desayuno y poner un vaso con jugo de naranja en la bandeja, para luego encaminarse hacia su habitación para darle a Enji su desayuno.

Cuando llegó y abrió la puerta, se llevó con la sorpresa de que su pelirrojo ya estaba despierto y sentado con la mirada fija en un punto como si tratara de recordar algo, de repente se volteo hacia la puerta con el ceño fruncido, a lo que el rubio simplemente atinó a sonreírle en respuesta.

El menor, al sentir una segunda persona en la habitación, salió de su trance y volteo hacia la puerta encarando a la persona que se encontraba en la habitación, con el ceño fruncido.

Su expresión cambio a una de total sorpresa pues no esperaba que el héroe número uno fuera el dueño del cuarto en el que se encontraba.

Después de que Enji encarará a su "rival", se quedó estático en el momento en que los recuerdos de la noche anterior llegaban a su mente, haciendo que un sonrojo furioso se apoderara de su rostro al notar la cercanía del contrario.

La verdad el pelirrojo no recordaba haberlo visto avanzar después de todo estaba en su viaje astral.

Al notar la cercanía del otro hombre, simplemente se dedico a girar su cabeza al lado contrario, tratando de ocultar su sonrojo y la vergüenza que sentía en esos momentos, además de que su dignidad y orgullo lo abandonaron la noche anterior.

-Enji, te traje el desayuno, tu ropa se esta secando, si así lo deseas puedes retirarte ya que te hayas cambiado-dijo el rubio algo avergonzado, después de todo también fu culpa suya el haberse dejado llevar por la lujuria.

-Tsk, bien, lo comeré pero en cuanto mi ropa se seque me iré de aqui- dijo el más bajo con un tono enjodo y avergonzado, mientras trataba de no verle el rostro al contrario.

Y así como lo dijo, el pelirrojo se fue cuando su ropa estuvo seca no sin antes comerse lo que le habían preparado.

Desde entonces habían pasado alrededor de 5 o 6 semanas desde aquel lujurioso encuentro entre ambos.

Mientras el rubio quería preguntarle al pelirrojo como se encontraba, el menor había pedido una consulta con su médico personal pues últimamente había estado teniendo mareos, vómitos, náuseas y el desagrado por algunas comidas que solía comer muy a menudo.

El mayor quería hablar con el más bajo, claro que lo quería, pero sabía que insistirle al otro no llegaría a nada, sabía que si Enji quería hablar de lo sucedido, el pelirrojo vendría a él.

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