Capítulo 3

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2 semanas después
*Narra Juan*

Los días pasaron lentamente, y yo no podía sacar de mi cabeza la hermosa imagen de aquella mujer, no había un minuto en el que su recuerdo no viniera a mi mente, siempre la recordaba con una sonrisa en el rostro.

Era la mujer con la sonrisa más hermosa y perfecta que había visto en mi vida, además, por más extraño que parezca, su perfume, era el aroma más sutil y delicioso, podías tenerla cerca y ese delicado aroma deleitaba mi olfato.

Sentía aquella necesidad de volverla a ver, pero tuve que contenerme durante dos semanas, ¿Pueden imaginarlo? Dos interminables semanas, en las que tenía que confirmarme con su recuerdo y vagamente un par de mensajes para desearle un maravilloso día.

No sabría decirles con exactitud que era aquello que experimentaba ante Itatí, pero sin duda era la mejor sensación de mi vida, trataba de reprimir la vaga idea del amor, ¿Por qué? Realmente no lo sé, toda la vida había pensado que el amor era algo que ... Simplemente no existía, no funcionaba como toda la gente lo pinta.

En tantos años, muchos amigos o conocidos solían contarme sus aventuras por el paso de aquel camino del enamoramiento, y me resultaba increíble, un tanto absurdo, aquella forma en que lo definían o incluso lo experimentaban. Siempre creí que eso no me pasaría a mi, que equivocado estaba, todavía no había conocido a aquella hermosa mujer.

Dicen que la vida siempre es como una rueda de la fortuna, unas veces estás en los cielos y al siguiente segundo en lo más bajo, más o menos así eran mis días las últimas dos semanas.

Podia estar haciendo lo que fuese y pensaba en ¿Si ella estuviera aquí disfrutaría de hacer esto conmigo? Desde beber una taza de café, hasta reparar algunas cosas de la casa, la imaginaba pasearse por los rincones, ¿Por qué me pasaba eso a mí? Un beso me había costado todo esto en los últimos días, sin duda volvería a besarla, pero esta vez, sería un beso de esos que solemos hacer durante las grabaciones, duraderos pero con una conexión que se transmite, pero mi única finalidad, era transmitirle a ella aquello que sentía estando cerca.

Finalmente bebí el último sorbo de café, tome el juego de llaves y salí de casa, para ir directo a las indicaciones de televisa.

*Narra Itatí*

Tenía dos semanas sin verlo, y eso me volvía loca hasta cierto punto, tenerlo en mis pensamientos no era justamente lo que imaginaba para mí cambio de rutina.

Les diré un secreto, a veces imagino a Juan merodeando por cualquier sitio de la casa, como si supervisara que todo marcha en orden, llegando a provocar en mi, ese deseo de sentirme en un hogar.

Agradecía mucho, que él no me buscará en las últimas dos semanas, pero a la vez me decepcionaba, inútilmente creía que sin verlo, sería más fácil no pensarlo, pero era como si ambos estuviésemos conectados, mi celular solía sonar con un mensaje suyo por las mañanas, justamente después de haberme despertado y pensarlo en primera instancia.

Sonreía como tonta frente a la pantalla, y ¿ Cómo no tendría un buen día? Si desde que mi teléfono soñaba con un mensaje suyo, el día ya era perfecto.

Solía pasar los día trayendolo en mi pensando a casa segundo, pero, nada tenía sentido ¿Cómo un desconocido me provocaba tanto? Era un misterio constante que me daba vueltas por la cabeza una y otra vez.

Finalmente, después de todo un ritual matutino, termine de comer un poco de fruta, como desayuno, ví mi reloj, era tardísimo, si me apuraba, podría llegar aún a tiempo.

𝑺𝒊 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒅𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒂𝒓𝒕𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora