Capítulo 6

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Ambos nos distanciamos por un momento, lo veo sonreír de la misma forma en que lo hago al verlo.

-Itatí - le escuchó decir finalmente, mi nombre suena tan ... No lo sé, su voz me hace sentirlo tan dulce, me quedo en silencio sin saber que decirle en estos momentos. - Me enamoré de ti, desde el primer momento en que te vi - me dice finalmente.

No había sido capaz de darme cuenta de la cantidad de segundos que contuve la respiración, hasta que lo oí decir aquellas palabras.

Su confesión no me tomo por sorpresa del todo, pero en este momento, me siento la mujer más afortunada, porque él corresponde aquel amor que yo también he reprimido muy en el fondo de mi ser.

-Me haces sentir cosas muy bonitas - confieso finalmente; para serles sincera, no sé porque dije eso, cuando realmente quiero gritar que también lo amo, que el sentimiento es realmente mutuo.

Sin embargo, me lanzó a sus brazos nuevamente y lo beso, sin temor y sin la más mínima duda, sus manos cálidas rodean nuevamente mi cintura, mientras nos unimos en un beso que parece interminable y eterno. Mi cuerpo parece liberar todo aquello que mantenía oculto y que solo mi corazón era capaz de vivir.

Nuestras respiraciones se sincronizan de una forma que nunca antes había experimentado con alguien, sus manos cálidas emprenden un lento viaje acariciando mi espalda sobre aquella tela ligera de  mi blusa. Esos momentos convierten mi mente en blanco y es como si en un segundo todo lo que mis pensamientos me decían o las mínimas reacciones de mi cuerpo, se bloquean y toman vida propia.

Una de mis manos bajan lentamente posándose sobre su pecho   mientras la otra busca enredarse entre sus cabellos, convirtiéndose en un momento único para ambos, hasta que...

¡TOCAN LA MALDITA PUERTA DEL CAMERINO!

-Itatí, a escena - escucho detrás de esta.

Ambos nos damos un susto tremendo, y con torpeza rompemos aquel mágico momento en el que estábamos.

-Sss...si, ya voy - Digo con la misma torpeza que experimento al tener tan cerca de mi a Juan.

Sus ojos siguen fijos en mi, con una sonrisa en los labios, mientras mi nerviosismo es evidente y creciente ante su presencia.

-Por favor no me veas así - le digo, mientras siento que el rubor de mis mejillas se hace evidente.

-¿Así cómo? - continua sonriendo y con ambas manos toma mi rostro y me da un beso fugaz en los labios - Ojala supieras como te ven mis ojos y como siento el amor en mi corazón - me dice casi en un susurro, mientras nuestras frentes están unidas y nuestras miradas tan cerca, que puedo verme reflejada en la suya.

todo esto me parece un sueño, como si fuera producto de mi imaginación, ya no soy capaz de distinguir lo real de lo que tanto he anhelado de él desde que lo conocí.

-Me tengo que ir - digo mientras trato de alejarme, pero sus manos vuelven a tomarme prisionera

-¿Vamos a hablar de esto después? - pregunta cálidamente 

-No lo sé... quizá si - respondo y sonrió, antes de salir apresuradamente de mi camerino.

El día y las locaciones transcurren de forma normal para el resto del elenco, camarógrafos y productores, pero para mí, esto es una locura aún, siento la adrenalina recorrer cada fibra de mi cuerpo cuando lo tengo tan cerquita de mi en las escenas que nos tocan grabar hoy.

Desde la primera vez que lo tuve cerca, supe que esa mirada se convertiría en mi debilidad, en todo aquello que había buscado sin saberlo.

*Narra Juan*

𝑺𝒊 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒅𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒂𝒓𝒕𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora