Capítulo 4

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*Narra Itatí*

Tengo que decir que la propuesta de Juan, me tomo por sorpresa, pero me sorprende aún más, la forma en la que yo me atreví a invitarlo por una copa, no es que me arrepienta o algo, pero ¿Qué habrá pensado de mi? ¿Habrá sido lo correcto?

La verdad no lo sé, pero creo que fue una imprudencia de mi parte, pero aún así no me arrepiento, la compañía de este hombre, es increíble, solo o con amigos, el tiene esa chispa que me atrapa.

Nos sentamos uno a lado del otro y podía sentir su calidez a mi lado, ese rico aroma a su fragancia y ese sonoro sonido de su risa al conversar con todos, a veces su mano y la mía rozaban levemente cuando intentaba tomar una servilleta o servirme un poco más de vino, siempre él solía rellenar cordialmente mi copa y era un momento donde nuestras miradas se cruzaban.

Tengo que decir que está fue una de las cenas más rápidas que he tenido con mis compañeros de escena, pero lo agradecí infinitamente, aún así ambos tomamos un par de copas demás con vino en el restaurante, y cuando llegó el momento de irnos, cada uno tomo su rumbo excepto Juan y yo, ambos teníamos pendiente una copa mas en mi casa.

- ¿Me sigues? - le pregunté antes de subir a mi auto.

-Por supuesto - respondió con una sonrisa

Y así fue como lo conduje hasta la privacidad de mi hogar, bueno, de mi aparente hogar.
Al llegar, lo invité a pasar, ambos nos situamos en la sala principal, busque un par de copas y saque uno de los mejores vinos que tenía guardado desde hacía mucho tiempo.

Muy gentilmente me ayudó a destapar aquel vino, y servirlo en cada copa, para después sentarnos en un mismo sofá, para este punto, ambos estábamos con un grado importante de alcohol en nuestro cuerpo.

Comenzamos a conversar sobre nuestros últimos meses, las decepciones que la vida nos había preparado a cada uno por separado, y sin duda, existía algo, ese algo que me hacía sentirme conectada a él. 

Sin duda los últimos meses no habían sido los mejores para ninguno de los dos, y eso era evidente.

Pero estando a su lado, el mundo y la vida cambiaba, era como si nada de lo que hubiera ocurrido en el pasado importara, me hacía sentir diferente, era la clase de persona con la que el tiempo se iba sin avisar.

Sin darme cuenta, entre bromas y frases incompletas, estábamos a centímetros de distancia, mis ojos por un momento veían sus labios, mientras él delicadamente con sus manos acercaba mi rostro, hasta que nuestros labios finalmente se unieron.

Y entonces, finalmente sucedió, aquel beso no era uno accidental, era la clase de beso con entrega y sentimos de por medio, cerré los ojos y me deje llevar por aquel maravilloso momento

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Y entonces, finalmente sucedió, aquel beso no era uno accidental, era la clase de beso con entrega y sentimos de por medio, cerré los ojos y me deje llevar por aquel maravilloso momento.

𝑺𝒊 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒅𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒂𝒓𝒕𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora