Capítulo 5

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1 mes después
*Narra Juan*

No importaba cuanto me esforzara por mantener mis deseos lejos de ella, su sola presencia era una tentación para mis impulsos.
Si bien había disfrutado tanto su compañía aquella noche y aquellos besos, cargaba conmigo un constante sentimiento de culpa, por no haberle hecho saber mis verdaderos sentimientos para con ella, era evidente, pero ¿Qué mujer no desea saberlo de viva voz?

El tiempo iba pasando, mis sentimientos iban creciendo, al punto de hacer estallar mi corazón, había transcurrido un largo mes desde aquel beso, y ninguno de los dos había vuelto a tocar el tema, era como si ambos viviéramos evitandolo.

Sería una completa mentira decir, que nos evitáramos  el uno al otro, porque, por más que lo intentará ella o yo, la demanda del trabajo nos uniría una y mil veces más, el tiempo que ambos comprartimos es considerable.

Tenerla tan cerca de mi en escena es un momento donde tengo que reprimir en cierto modo aquellas sensaciones que el libreto no indica, muchas veces he pensado en romper aquella cronología de escena, pero existe algo que me detiene, justamente ella, por respeto a su espacio personal y su integridad, no lo hago.

Que más daría por otro beso suyo, solo puedo conformarme con aquellos delicados abrazos que suele darme en escena y fuera de ella, aunque estemos rodeados de compañeros, ella siempre me da expresado su cariño, y yo a ella.

No sé aún, ¿Qué será el amor? Pero cada mañana, salgo de mi casa, yendo a la cafetería más cercana, compro dos cafés, para llevarlo hasta la locación, dejo uno en el camerino de ella, y después me marcho al mío, quizá ella no lo sabe aún, o quizá no porque yo se lo haya dicho, puede intuirló o ser un secreto a voces que llega hasta ella, pero no cabe duda que, disfruto tanto está nueva rutina que he empezado a crear.

Una rutina creo que ha sido creada para darnos seguridad, o hacer determinadas actividades, que a la larga tienden a desesperarnos o aburrirnos, pero  creo que la mía, busca el momento o la mejor manera de poder confesarle mi amor, ese amor que nació, desde el primer segundo en que la ví.
Una rutina donde ella está, no creo que se pueda llamar rutina, porque nunca me aburriría de sentir lo que siento por ella.

Está mañana, he decidido cambiar un poco, he dejado una nota acompañando aquel café matutino y los nervios me invaden considerablemente, no puedo hacer más que esperar, esperar pacientemente a que el destino nos enseñé el camino que nos deparará.

*Narra Itatí*

Cada mañana del último mes, me he despertado con una sonrisa en los labios, llena de energía, con ese positivismo impregnado en mis pensamientos y en cada fibra de mi ser.

Solo con pensar *veré a Juan* el día me pinta distinto, como si todo fuera a suceder a nuestro favor, quizá sea una fase de mi mal de amores, no lo sé de cierto, pero disfruto mi nueva cotidianidad.

Tengo que admitir que, me he acostumbrado tanto a la cercanía de Juan, quizá no sea la cercanía, más bien, su calidez, su presencia, su escencia como persona, ¿Por qué tenía que enamorarme justamente de él? No hay noche que no lo piense antes de ir a la cama, es como si mi cerebro automáticamente evocará su recuerdo, dirán que estoy empezando a enloquecer, pero al recordar sus abrazos, puedo sentir en mi cuerpo su calidez, como si realmente sus brazos me rodearán en ese instante.

He permanecido en una nube, flotando entre las sensaciones del amor que me consume, sus ojos, esos ojos tan penetrantes, que brillan tan bonito, verme reflejada en ellos, es una sensación que nunca había experimentado.

Eventualmente salgo temprano de casa, pero parecería que la vida no quiere cooperar para que yo llegue mucho más temprano de lo usual, desde el último mes, he encontrado en mi camerino, un café esperando en mi tocador.
Muchos de mis compañeros del elenco dicen que Juan lo deja allí, no les negaré que fue en quien pensé la primera vez que sucedió, después de escucharlo de mis compañeros, casi puedo júralo, no puede ser nadie más.

El corazón me da un vuelco cada mañana, cada vez que entro al camerino y veo aquel detalle, me hace saber que voy por el camino indicado, voy hacia la persona indicada.

Está mañana no fue la excepción, saludé a todos los que ya estaban en el foro, y me dirigí a mi camerino, al entrar, aquel delicioso café me esperaba, pero está vez con una nota...

"Dicen que la vida suele ser incierta, pero tú, eres todo lo real que la vida me ha ofrecido"

No puedo evitar sonreír ante aquellas palabras, es como si cada una se hubieran metido muy en el fondo de mi corazón.

Estoy tan metida en ese pensamiento y sentimiento, que al darme la vuelta, veo a Juan parado en la puerta; me quedo sin aliento al verlo, mis ojos se fijan sobre él, sin saberlo le sonrió.

Lo veo avanzar hacia donde estoy, cerrando la puerta detrás de él; por un momento todo a mi alrededor parece ser uno más de mis sueños, pero, verlo a los ojos, me hace saber que esto es real, que lo tengo a centímetros de mi, que sus manos me están rodeando la cintura...

La calidez de sus labios sobre los míos, desata un estallido de emociones dentro de mi ser, solo puedo ser capaz de rodear su cuello con mis brazos, correspondiendo aquel beso.

Es un beso diferente, muy distinto a los de hace un mes, está vez él me transmite más que una atracción, es como si ambos dejáramos al descubierto nuestra alma, todo aquello que nos negamos a decir en palabras.
Aquel beso es prolongado, es más que un beso provocado por un grado de alcohol en el organismo; es un beso real, un beso dado con todo ese amor que habíamos reprimido...

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Aquí les dejo el capítulo, una disculpa por la demora, no he tenido los mejores días o momentos últimamente, pero trataré de retomar mis actualizaciones constantes como al principio. ¡Gracias por seguir la historia¡

Capítulo dedicado a _itaticxsoler

𝑺𝒊 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒅𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒂𝒓𝒕𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora