Cómo domar a un héroe.

Parte 2: Reproches.

¿Había algo más horroroso que ir de compras? Definitivamente sí, ir de compras con Hermione.

Amaba a su amiga, pero esta podía estar recorriendo tienda tras tienda preguntando por el mismo producto que pudo haber conseguido en la primera tienda, fijándose si el precio cambia o si existen más variedades. Ron había fingido sentirse mal a propósito, el muy maldito lo abandonó, luego se lo haría pagar.

Se encontraba sentado en uno de los bancos de la peatonal, justo en frente de la décima tienda en que la su amiga entró diez minutos antes. Harry podría jugar con su varita pero se encontraban en el centro comercial muggle, así que debía esperar como un buen chico. Eso iba a dar para largo...

Fue entonces cuando noto una cabellera rubia que se le hizo muy familiar.

-¡Oye! ¡Maldito ladrón!

Harry saltó disparado de su asiento, corriendo hacia el cabrón de Malfoy, quien tuvo la audacia de esperarlo parado en la acera, como si no le sorprendiera su presencia o si quiera le importara.

-Potter ¿hay algún lado en toda Inglaterra donde no existas? -Preguntó, con los brazos cruzados.

-¡Me dejaste pagando por tus cosas! -Acusó, super indignado. -No llevaba tanto dinero y tuve que dejar mis cosas para pagar las tuyas.

Aún recordaba lo avergonzado que se sintió cuando la cajera lo miró molesta, teniendo que llamar a alguien para devolver sus víveres. Nunca más volvió a ir al supermercado a esa hora, con tal de no cruzarse a esa chica nuevamente.

-Vamos Potter, el profeta dice que estas forradísimo -Harry se indignó aún más si cabe ¡Malfoy era rico desde hacía generaciones! ¡Nació con una maldita tarjeta de crédito en la mano! Si él estaba forrado, entonces el rubio cagaba dinero. -¿Acaso no eres el tipo buena gente que saluda a un ex-compañero de escuela? Me diste tu amabilidad y la acepte.

-¡Si serás...!

Estuvo tentado a sacar su varita y quitarle la sonrisa burlona que -si bien no la veía por el barbijo negro que llevaba puesto-, sabia a ciencia cierta que estaba ahí.

-Harry, no conseguí todo pero... -La voz de Hermione se escuchó a sus espaldas, está pareció notar que estaba acompañado. -Oh, hola Draco.

¿Acababa de llamarlo "Draco"?

-Hola Granger, ¿día libre?

-Si, es bueno tomar descansos de vez en cuando. -Respondió Herm, señalando todas las bolsas que Harry tenía colgadas en sus brazos.

-Lo es. -Draco volvió a mirarle, con los ojos brillantes en malicia. -Debo irme, que te vaya bien Granger y... Potter, mañana tenía ganas de visitar una librería, la que está sobre la calle Hudson, por si te interesa hacer la fila detrás de mí.

¿Qué tan terrible sería la multa que recibiría del Ministerio por usar magia delante de muggles? Quizás y hasta se lo perdonaran por ser el salvador del mundo mágico.

Sentía su sangre hervir, fue entonces cuando su amiga jalo la manga de su chaqueta, llamando su atención.

-¿Eso fue coqueteo? -Preguntó entre susurros, mirando entre Harry y Draco, quien se alejaba rápidamente.

Casi le dio arcadas.

-¡Claro que no! -No sabía cómo o cuando Hermione había llegado a esa conclusión, pero estaba claro que estaba muy equivocada. -¡Me usó y lo restriega en mi cara!

-Sonó a una cita para mi. -Murmuró Herm, dándose la vuelta y mirando a Harry como si hubiera descubierto algo.

-¡Hermione! ¡Qué asco!

-Relájate Harry, siempre te alteras cuando se trata de Draco.

-¿Desde cuándo son tan cercanos?

-¿Desde que realiza grandes donaciones al Ministerio? Nos cruzamos en los eventos a los que tú te niegas a asistir. -El reproche no le pasó desapercibido, pero lo ignoro.

Se sentía un poco ofendido de que Herm no le comentará dichas novedades, pero luego se mordió la lengua, ya que sus amigos creían que tenía una obsesión con Malfoy, ofenderse por no saber que eran cercanos solo aumentaría su paranoia.

Aun si estaba molesto, le siguió el resto de la tarde. 

⚡⚡⚡⚡⚡

¡Hola chiques! 

¿A ustedes las palabras de Malfoy les pareció una cita? Porque a Herm y a mí si. 

En fin, espero que les guste, nos leemos en los comentarios.

Besos en la cola.
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