Luna ~ Moguham.

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Jungmo despertó exaltado a media mañana. Probablemente a causa del calor o tal vez, solo tal vez, debido a la sensación de vacío y soledad que se instaló en su pecho a causa de la ausencia de Wonjin.

No se había ido, claro que no. Solo se había apartado hacia el lado contrario en la cama de dos cuerpos, dándole la espalda esta vez.

La luz tenue del sol y la brisa de una mañana veraniega, se filtraban sin remedio, por medio de un pequeño espacio libre en la ventana. Jungmo se removió con cuidado, procurando no despertar a su novio quien debido al cansancio emitía leves ronquidos. Se puso de costado y observó por un momento la silueta más pequeña al otro lado de la cama. Cuanto lo amaba.

Sus manos picaron por acariciar la pulcra piel de su espalda desnuda. Sus ojos recorrieron la misma deteniendo se en la curvatura de su cintura y deseó con fervor marcar con sus labios cada centímetro de ésta, hasta llegar a sus glúteos, dejarlos rojos con un par de nalgadas.

La imagen dio pase libre a su imaginación e inevitablemente se vio a si mismo la noche anterior lamiendo cada parte del cuerpo más pequeño y se regañó por no haber dejado ni una marca.

Accidentalmente evocó más recuerdos de la noche anterior. Sus gemidos agudos y sus ruegos.

Su erección inexorablemente pegándose a su vientre. Jungmo intentó pensar en otra cosa para bajarla, sin embargo le resultó completamente imposible debido la vista frente a sus ojos.

Por otro lado, las sabanas aún olían a sexo. El aroma natural de sus cuerpos mezclándose a su vez pronunciaba su erección.

El aroma de Jungmo a tierra mojada y césped recién cortado dominaban en el ambiente, opacando el suave, casi extinto, de Wonjin. Cerezas y vainilla.

Debido a ello Jungmo no pudo contenerse mucho antes de hundir su rostro en el cuello de Wonjin olfateando en aquel punto donde su aroma se acentuaba más fervientemente.

Lamio aquel punto mientras su traviesa diestra se paseaba por el vientre plano de su pequeño novio y éste se giró sobre si mismo, quedando su espalda sobre el colchón.

Jungmo observó con ensoñación sus pezones rosados casi soltando un gruñido. Suspiró mientras su mano volvía a pasearse sobre el vientre bajo de Wonjin e instantáneamente sonrió debido a la respuesta del más bajo.

Sus labios se entreabrieron dejando escapar un breve jadeo, su respiración se aceleró y sus pezones se endurecieron.

Jungmo sintió una punzada en su miembro, rápidamente abandonó su lugar en el colchón, separó y flecciono las piernas de Wonjin y se ubicó entre ellas, tomando con gentileza el miembro ajeno, cual comenzaba a despertar.

Su mano se movió con suavidad arriba y abajo apretando ligeramente en la base. Observando con minuciosidad como segundo a segundo la erección tomaba forma. Se endurecía y una leve humedad cubría la punta. Jungmo se inclinó para tomarla.

Su lengua se movió ávida envolviendo la cabeza en tanto el sabor del pre semen se impregnaba en su boca. Su mano aún subiendo y bajando en la base.

Wonjin medio dormido emitía gemidos suaves que inundaban los oídos de Jungmo como una sensación suave y mortificante. Su pene endurecido dolía con cada uno de éstos.

Había querido lamerlo desde hacia tiempo, y es que jamás lo había hecho. En el tiempo que llevaban de relación, en múltiples ocasiones Wonjin lo había despertado con un oral o incluso masturbando su miembro, más jamás le había pedido lo mismo a cambio. Jungmo lo había imaginado algunas veces sin embargo no se había atrevido hasta ahora, impulsado por la lujuria sin freno, el deseo de saciar su sed de Wonjin.

Escuchó la voz adormilada de Wonjin llamar a su nombre y supo que había despertado, aún así le sorprendió como le encantó que el menor lo tomara firmemente del cabello impulsandolo a seguir.

Jungmo comenzó a mover rápidamente su cabeza de arriba hacia abajo, siguiendo el ritmo que imponía su menor, tomando el falo casi por completo. Su mano izquierda subió apretando, masajeando uno de sus pezones y guiado por los gemidos más agudos del mas bajo hizo lo mismo con el otro.

- ¡Jungmo!.- gimió Wonjin arqueando su espalda, tirando su cabeza hacia atrás.

Jungmo siguió chupando, ahuecando sus mejillas como había visto hacer a su menor en más de una ocasión y aumento la velocidad de las embestidas, impulsado por los gemidos de su menor, por la fuerza que ejercía sobre su cuero cabelludo y por el vaivén débil de sus caderas. Estaba cerca.

Bastaron tres succiones más para que Wonjin explotara en su boca con un gemido agudo seguido de leves jadeos.

Jungmo continuó lamiendo más lentamente en tanto las oleadas de placer se dicipaban, provocándole escalofríos al menor, quien curvo su espalda sobre el colchón una vez más y soltó un último gemido lastimero justo antes de que soltara su miembro.

Wonjin se relajó sobre las sabanas, agitado y blando. Jungmo aún de rodillas entre sus piernas lo observaba maravillado por haberlo visto nuevamente aliviado. Sus fantasías finalmente hechas realidad.

Repartió besos desde su vientre bajo, provocando jadeos en el menor, éste sintiéndose en extremo sensible, continuó con sus pezones, clavícula, cuello y finalmente sus labios.

- Buenos días cariño.- susurró y el menor sonrió entre sus labios húmedos.

- Buenos días.- repitió tímidamente antes de besarlo.

- ¿Como amaneciste luego de ..? ya sabes.- habló Jungmo acariciando los costados y la espalda baja de Wonjin.

- ¿Cómo puedes preguntar eso? Desperté en el cielo.- soltó a media risa en un gesto aparentemente inocente.

Jungmo reprimió una carcajada antes de llenar el rostro de Wonjin de besos juguetones. El menor reía intentando apartarlo sin mucho esfuerzo llenándolo de dicha.

- Me haces muy feliz.- admitió finalmente Jungmo.

Y en verdad esperaba despertar así cada mañana por el resto de su vida, colmado por la belleza y gracia de su pequeño novio. Porque lo amaba, y así sería hasta el final de los tiempos.

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Perdonar errores.. 😔💜💜  adoro los finales felices.