Capítulo 14. Star

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Se encontraba en la parte trasera del auto. Era plena noche cuando él y sus compañeros habían decidido salir a dar una vuelta. Joshua estaba en silencio mientras escuchaba las risas y platicas de sus amigos, si es que podía llamarlos así. Durante todo el camino estuvo callado, mirando las estrellas por la ventana. Todo parecía estar demasiado tranquilo. Pensó que todo sería mejor si fuera una brillante estrella que iluminaba el cielo nocturno.

Esta noche, en particular, era muy diferente a cualquier otra que llevara. Había decidido salir de su rutina para hacer algo que después se arrepentiría. Sus amigos lo habían convencido de hacer algo malo. Ahora no podía retractarse.

Llegaron a su destino al fin. El conductor estacionó el auto; y el copiloto le entregó lo que parecía ser una máscara y un arma. Joshua dudó en ese momento.

—Tómalo. –ordenó su compañero con voz demandante.– Rápido.

Joshua no dijo nada, tomó los objetos entre sus manos; y se preparó para salir. Los tres bajaron del auto. Cuando Joshua levantó la vista se dio cuenta que era un mini super.

—Escucha, Joshua, si te quieres ganar la vida solo haz lo que nosotros. –Joshua asintió.– Vamos a entrar.

Todo lo siguiente pasó demasiado rápido que no supo cómo terminó. En un cerrar y abrir de ojos se encontraba a lado de un abogado que le explicaba todo lo que tenía que hacer si no quería terminar dentro de la cárcel. Joshua miraba sus manos dejando que el abogado dijera todo.

—La policía quiere negociar contigo. Como no hiciste algo grave como tus compañeros, quieren que declares contra ellos, y te dejarán en libertad condicional. Además de que no tienes antecedentes sobre robo o algún crimen. ¿Qué dices? –Joshua levantó la mirada.

—¿Qué pasará con ellos? –preguntó.

—Ellos se niegan a declarar. Con tu declaración ellos estarán en la cárcel de cinco a diez años por haber disparado contra un hombre, y por el robo a mano armada. –agregó el abogado.– Tienen suerte que la bala no lo mató. Joshua, eres muy jóven aún. Así que no hagas perder tu vida como tus compañeros, ¿entiendes?

Joshua hizo lo que creía correcto; había declarado contra sus compañeros con tal de salir libre, aunque sea bajo libertad condicional, para así continuar con su vida. Cuando salió de ese lugar, una mujer se acercó a él dándole una bofetada en el rostro. Joshua no dijo nada.

—¡Eres un maldito! Después de todo lo que mi hijo ha hecho por ti, ¿decidiste declarar contra él? Él te dio alojo cuando nadie más lo hizo. –Joshua mantenía baja la cabeza.– Recuerda que las cosas que haces, se pagan.

Pasó el tiempo, lo suficiente para que Joshua pasara su vida encerrado en casa. La puerta comenzó a escucharse, pero parecía que Joshua no quería abrir. Era insistente el llamado, hasta que escuchó que alguien se había ido. Se levantó para revisar que la persona ya no estuviera ahí. Se dio cuenta que bajo la puerta se encontraba un sobre elegante. Él lo tomó y revisó su contenido. Era una invitación a un evento importante.

"Si quieres expiar tus errores, ven a este lugar"




Vernon veía con atención el noticiero. Se encontraba en el aeropuerto de Incheon. Escuchaba música en sus audífonos mientras esperaba a alguien. El noticiero comenzó a hablar de algo que llamó su atención, así que quitó uno de los audífonos para escuchar lo que decía.

"Choi Seungcheol, el jóven presidente de la empresa Choi, ha sido culpado del lavado de dinero al tratar de sobornar al jefe de policía de Seúl por el caso de..."

—¿Chwe Hansol? –Vernon miró a la persona que le hablaba.

—¿Señor Y?

—No. Soy su empleado. Me conocen como "A". –dijo con una sonrisa.– Un gusto conocerte. Yo te llevaré a ese lugar. –Vernon asintió.

Siguió a "A" hasta el auto que estaba estacionado fuera del aeropuerto. Subió y partieron hacía el lugar donde el Señor Y se encontraba. Llegando al lugar, bajaron del auto y caminaron dentro de la mansión. Vernon miró con asombro el lugar. Caminó detrás de "A" para adentrarse. Continuó caminando hasta el comedor encontrándose con un hombre mayor que tomaba vino.

—Hemos llegado. –informó "A" al Señor Y.

—No creí que la persona con la que me comuniqué antes fuera un hombre grande. –habló Vernon. El Señor Y comenzó a reírse por su comentario. Lo cual, Vernon no comprendió.

—Vernon, me da gusto al fin encontrarnos. ¿Tu vuelo estuvo bien? Toma asiento. –Vernon hizo caso a su petición, tomando asiento en la mesa.– Y bien. ¿Cómo planeas pagarme la escapada?

—¿Qué? Usted dijo que no tenía que preocuparme por eso.

—Lo sé. Solo bromeo. –el hombre se puso serio para acomodarse en su lugar.– Aunque si necesito algo de ti.

—Lo escucho.


Vernon yacía en una de las habitaciones acomodando las pocas cosas que tenía. La puerta fue tocada viendo a "A" en ella. Entró aunque Vernon no le permitió entrar. "A" se sentó en la cama donde estaría durmiendo el menor.

—Dime algo. –Vernon no parecía mirarle.– ¿Por qué estás aquí? El Señor Y solo me dijo que eras un invitado más; pero nunca me dijo porque. Tengo curiosidad.

—Asesiné a mi hermana menor.

—Vaya, eso no lo sabía. –"A" se acomodó mejor para escuchar todo de Vernon– ¿Cómo sucedió?

—Mis padres tenían una sutil preferencia por ella. Ya sabes, dinero, atención, buenos tratos; todo eso lo tenía ella mientras que a mí me tocaban los regaños, las sobras, las faltas de atención e incluso los golpes. –dijo con seriedad.– Mientras mi hermana vivía una vida cómoda desde que nació, mi vida siempre fue miserable. –en su voz se escuchaba el odio que tenía.

—Interesante.

—Cómo todos tienen un límite, el mío llegó. Decidí terminar con esa tortura que se llama "la felicidad de mis padres"; tomé el cuchillo más filoso de la casa, y durante la noche la apuñalé mientras dormía.

—¿No te arrepientes?

—¿Por qué? Hasta lo disfruté. Creo que es la sensación más placentera que tuve. Lo siguiente que hice fue dejar todo en silencio, y venir hacia acá. –soltó una risa.– Me hubiera gustado ver el rostro de mis padres cuando la vieran; pero el Señor Y me dijo que escapara.

—¿Él también se contactó contigo? –"A" se levantó de la cama para estirarse.– Ahora seremos compañeros –le extendió la mano.– Me presento yo soy... 

Mafia Game - SEVENTEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora