Baji estaba sentado en el suelo y apoyando su espalda en la cama de Chifuyu, observando al aludido en su nuevo pasatiempo que en realidad era su dedicación de tiempo completo ahora.
—¡La estrella es Peke. J! —proclamó enalteciendo con orgullo al gato que incluso parecía jactarse de los mimos.
Una de las cosas que Takemichi lamentaba absolutamente era adentrar a Chifuyu a ese mundo en particular. El de ojos azules casi había visualizado a su amigo en las recopilaciones de "Tiktoks tercermundistas", pero afortunadamente y por el bien de su propio pudor y el de sus conocidos, solo se dedicó a grabar a su gato en situaciones cotidianas y acompañándolo con una música que creía adecuada.
—Tiktok no me ha interesado, pero lo instalaría solo para ver el ridículo que hizo Mikey —Baji sonrió con malicia ante el recuerdo del cotilleo de sus amigos donde se burlaban de lo rígido que había estado durante el baile que se supone debía tener aire efusivo.
Aunque Emma parecía satisfecha, al menos.
—Mira este. Peke. J se ve genial y muy varonil. —Chifuyu se apresuró a sentarse a lado del moreno y pegándose a su cuerpo lo suficiente para que pudiera visualizar la pantalla de su celular.
Keisuke, con la única intensión de observar el video pegó su mejilla con la de Chifuyu, quién se paralizó ante el contacto de la piel y se tensó al sentir una corriente eléctrica en la espalda que lo abrumó y privó de cualquier movimiento más.
—¡Me gusta! —declaró el moreno con entusiasmo. Incluso se dirigió al gatito y levantó su pulgar con aprobación—. Eres toda una celebridad, Peke. J. Chifuyu procura convertirlo en un gato internacional.
Baji se volteó sin disminuir la distancia entre ambos rostros, resultando en sus narices casi rozándose. El contacto visual duró un fragmento de segundo que fue frenado por la apremiante necesidad de Chifuyu de alejarse al sentir como la vergüenza se concentraba en sus mejillas.
—¡O-obviamente ese era mi plan inicial! —declaró incorporándose y volviendo a situarse a lado del gato que lo recibió con un cálido ronroneo que calmó su nerviosismo temporalmente.
El mayor alzó una ceja ante el repentino comportamiento del rubio, pero de inmediato lo trasladó a segundo plano cuando la diversión del tema de conversación inicial volvió a tener lugar en sus prioridades.
—Chifuyu déjame ver el tiktok de Mikey. Ese idiota no puede tener más likes que nuestro adorado Peke. J.
El rubio, olvidando su escena vergonzosa, soltó un bufido y le pasó el celular al otro para que viera lo que le pidió.
—Claro que no. La ternura de nuestro gato no será superada por un simple baile, aún si Emma esta ahí también.
Si bien no tenían ningún tipo de batalla por quién obtenía más seguidores o likes, Chifuyu se sentía ligeramente satisfecho de que su cantidad de likes rivalizaba con el de la rubia -aunque estos no solían superar los tres dígitos- y ambos le daban a Hina la oportunidad de jactarse de ser la más famosa entre ellos con los casi mil likes que recibía por edit.
—Chifuyu... --Baji levantó la vista hacia el aludido. El desconcierto predominando en sus ojos—. Esto tiene casi cien mil likes.
—... ¡¿QUÉ?!
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