6

664 114 73
                                    

Reki cerró la puerta de golpe, el último invitado ya se habia ido y al fin sentía que podía descansar bien.

—Reki, escuchame por favor...

—No quiero hablar

—Deja que te explique

—¿Cuando ibas a decirme que no puedes casarte con un humano?

—Si puedo, es solo que...

—¿Que? ¿Asi como soy no es suficiente?

—¡No! No digas eso, es solo que puedes casarte con un humano, pero no es recomendable hacerlo. Los que elijen hacerlo viven en la Zona Roja, de esa forma los humanos tienden a envejecer mas lento, duplicarán su vida hasta dos o tres veces mas, pero llega el punto en que van a morir. Reki, no puedes vivir para siempre

—¿Y por que no me conviertes en vampiro como tú?

—Es doloroso, difícil e ineficaz. Tendría que drenar cada gota de sangre de tu cuerpo, no quiero hacerte eso, y aún haciéndolo hay posibilidades de que no te conviertas, tu cuerpo podria rechazar mi mordida.

El joven humano se cruzó de brazos, intentando pensar.

—Entonces, aunque sea humano no voy a permitir que ese viejo Rey se nos interponga.

Langa adoptó una posición divertida ante el comentario. Cruzó los brazos y encarnó una ceja con curiosidad mientras se inclinaba un poco hacia Reki.

—¿Estas celoso?

—Te gustaría— Reki no tenia mas que decir, era tarde y su familia ya se habia ido a dormir por el bien de la trama—. ¿Te quedas a dormir?

Langa se echó hacia atrás, sonrojado.

—N-no se puede intimar antes de la boda.

¿Intimar? Reki tuvo que sostenerse a la pared, asustado.

—¡Me refería a dormir, solo a dormir! Es decir, ¿los vampiros duermen?

—Oh, eso... Si, dormimos, supongo que no será perjudicial si duermo aquí. N-no hay ninguna regla que me lo impida

—Genial, sera como una pijamada.

Reki abrió la puerta del cuarto y le hizo un ademan para que entrará.

—¿Que es una pijamada? Nunca he tenido una

—¿No? Invitas a otros chicos a quedarse a dormir, comen y ven películas.

Langa guardó silencio.

—¿Otros chicos en tú habitación? ¿Misma cama?

—¡A dormir, solo a dormir!

El Vampiro asintió lentamente.

—¿Entonces?

Reki le lanzó unos shorts de pijama y una camisa blanca de tirante.

—Puedes usar esos.

El pelirrojo dio media vuelta para cambiarse, y dejarle privacidad a Langa para hacerlo él también.

Al voltearse, Langa batallaba con el elástico de los shorts con una visible mueca de molestia.

—¿Pasa algo?

—No

—¿Seguro? Te ves incómodo

—Es solo que son pequeños, y el elástico me aprieta, pero creo que estaré bien.

Reki bajó la mirada un segundo.

—Si te molesta mucho podrías... Dormir en ropa interior, no te voy a ver, prometido.

Lilith y el Vampiro. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora