°AMARILLO°

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La felicidad es bonita, muy bonita. La podes sentir por absolutamente cualquier cosa, por aprobar una materia, por dar o recibir amor, por que la persona te gusta al fin te dio bola, por lograr algo, por comer tu comida favorita, por leer un libro, por ver series y películas, por infinidad de cosas.

Pero la mía es por mi amiga. Ella es la persona mas increíble del mundo, la mas honesta, la mas inteligente, la mas atlética, la mejor de todas.

Se acerca su cumpleaños numero dieciocho, y pienso regalarle muchas cosas, pero aún no se que.

Mi historia con ella es como cualquier otra; nos conocimos en la secundaria y desde ahí fuimos amigas, fuimos las alas de la otra, fuimos la calma después de la tormenta, fuimos el pilar de la otra, fuimos el hombro que una necesitaba cuando se sentía triste, fuimos las mejores amigas. "Fuimos" no, lo seguimos siendo.

Cuando la conocí no pensé que llegaría a ser tan importante para mi. Pero lo es.

Gracias a ella conocí muchas cosas, pero la mas importante fue aprender a amar y amarme.

Cuando tenía quince era muy pesimista, demasiado para mi edad. En mi casa como en todas las que existen tenia momentos de felicidad, pero también solía enojarme con mucha facilidad, al punto de insultar a mis padre en su cara, al punto de romper mis proprias cosas contra las paredes. Pero ella me ayudo con eso, claramente no mejoré mi conducta de un día para el otro, pero mi mejor amiga fue la que mas me impulso a mejorar. Y aca estoy, sin imaginarme un día sin mis padres y sin ella.

Anna, así se llama ella. Desprende felicidad y positivismo de todos sus malditos poros. Cabe recalcar que no siempre fue así, ya que en el pasado a pesar de que no lo demostraba solo era una adolescente con muchas inseguridades, y yo hice todo lo posible para que estas se fueran.

Cuando quise acordar ya me encontraba pensando de nuevo, mierda me distraigo tan fácilmente. Volví toda mi atención hacia mi computadora y busque: "regalos para los dieciocho de mi mejor amiga". Inmediatamente se me aparecieron miles de ideas, pero ya había hecho casi todas ellas; como la de regalarle una taza personificada, esa se la regale para sus dieciséis. También estaba la de regalarle un cuadro, eso se lo hice para sus catorce. Pero después de no encontrar nada interesante que no sea maquillaje o cosas de limpieza simplemente apague mi computadora con un gran suspiro.

Se me dio por revisar mi celular y me di cuenta que hace como unos quince minutos ella me escribió. Entre al chat.

*Anita*

Hellou bitch, estas ocupada?

Porque necesito que me acompañes a elegir una torta.

*yo*

Hiiii, nop, no lo estoyy

Voy si me pasas a buscar si no, nop.

Su respuesta llego en un minuto, y decía que en diez me pasaba a buscar. Me levanté de golpe haciendo que me mareara por unos segundos. Me mire y me dije que estaba bien vestida, pero necesita peinarme, cepillarme los dientes, ponerme las zapatilla y por ultimo rociarme un poco de perfume. Afuera hacía un poco de calor, ya que estamos en la estación primaveral, por lo que también me puse unos lentes de sol para que este no me lastimara la vista. Justo cuando terminé de hacer todo sentí la puerta de mi habitación siendo abierta abruptamente.

ONE-SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora