The Last Revolver | Homicidal Liu

II. Verano

—¡Date prisa! ¡Están apunto de comenzar! —exclamaste apurandome para llegar a nuestro lugar.

Apenas alcanzamos a llegar bajo el enorme árbol cuando los fuegos artificiales comenzaron.

Uno tras otro, aquellos círculos de colores iluminaban el cielo, y para mí, fue inevitable sentir felicidad. Este pequeño momento se almacenaría en mi mente como muy pocos.

"En verano, miramos los fuegos artificiales juntos..."

—Son... Hermosos —dije, admirando la belleza del cielo iluminado. Sentí tu mirada sobre mí y mis mejillas calentarse levemente, pero no me atreví a mirarte.

—Todo esta noche es hermoso —dijiste, con la mirada aún clavada en mí.

—Ni siquiera estás mirando, Liu, te lo estás perdiendo —dije, al fin mirándote.

—No necesito mirar al cielo si la estrella más bella está frente a mí... —me dijiste, casi en un susurro.

Tu cabello castaño, tus ojos verdes y cada razgo de tu cara en esos momentos me parecían encantadores, ¿Cómo resistir?

Contigo había tenido tantas "primeras ocasiones" en el tiempo que llevaba de conocerte que no me importó si tenía un par más.

Así fue que, por primera vez en toda mi vida me quise permitir ser feliz y no resistiendo más, me puse en puntitas para alcanzarte.

Y mis labios alcanzaron los tuyos. Y tú correspondiste al beso, mi primer beso.

Una sonrisa y algunos tiernos besos más siguieron después, y bajo la luz de la luna, la vida parecía augurarnos mucha felicidad.

—No puedo esperar a que sea el festival del próximo año para volver a ver los fuegos artificiales —suspiré, la velada estaba llegando a su fin.

—Lo mismo digo, tal vez el próximo año preste más atención al cielo que a tus ojos, aunque no sé si pueda —sonreíste con esa sonrisa que tanto me gustaba.

El comienzo de algo hermoso se había efectuado ahí, en el lugar que ya podíamos llamar "nuestro".

No importaba lo poco que sabía de ti, porque cuando miraba tus ojos verdes y me decías que me querías, sentía que tenía todas las razones del mundo para amarte.