Caminata

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No vio a Chan en la escuela, lo que parecía ser un alivio ya que no sabía cómo enfrentarlo después de estarlo evitando todo el fin de semana, lo agradecía.

Por otro lado Minho y Hyunjin habían estado con ellos durante el descanso, ninguno menciono algo sobre el mayor. Estaba algo preocupado por la falta del chico, muy en el fondo lo extrañaba por los pasillos saludándolo torpemente.

Se olvidó de ello para cuando llego a su casa encontrándose con su madre, quien aun con todo el cansancio encima se empeñaba en encargarse ese día de su hogar ignorando por completo las suplicas de su hijo para que descansara terminaron ambos sobre el sofá con la música por lo bajo mientras conversaban como no lo hacían hace tiempo.

Algo de tiempo después el timbre sonó y su madre con toda la calma del mundo fue a abrir, Felix la escucho conversar con la otra persona desde la cocina, así que se asomó para ver de quien se trataba, casi dejaba el vaso caer cuando vio a Chan sonriéndole a su madre mientras esta cerraba la puerta de la cocina.

—Cariño, hay alguien que quiere verte—aviso subiendo las escaleras para darle intimidad a su hijo y su amigo.

Chan y Felix se observaron en silencio sin saber por dónde comenzar. El mayor lo invito a caminar, era incomodo decirle lo que quería estando presente la madre del chico, no conocía a la familia del chico y tampoco quería meterlo en problemas, si es que algo pudiera llegar a malinterpretarse.

Ambos caminaban por la acera aun sumisos en su silencio, ambos tenían que disculparse.

—Lo siento—Comenzó a hablar el mayor—Lamento si te incomode, bueno tu...—Detuvo su caminata mientras pasaba una mano por sus cabellos desordenándolos más de lo que ya estaban—De verdad me gustas y no quiero que pienses que estoy intentando jugar contigo.

—Tal vez estoy queriendo avanzar muy rápido con lo poco que tenemos, pero espero y puedas darme una oportunidad una vez que nos conozcamos mejor—Continuo luego de una pausa y le sonrió.

—Hyung a mí también me gustas—Murmuro luego de que su sorpresa paso, sus mejillas estaban totalmente sonrojadas y su corazón latía con fuerza, aun así su mente seguía repitiéndole que era algo imposible y que estaba siendo un estúpido por creer en dichas palabras, aun si Chan había demostrado ser una increíble persona en antiguas ocasiones.

Continuaron caminando mientras la tarde caía, tranquila y silenciosa. Dos corazones se habían abierto a la persona por la que latían, pero esta vez el mayor se propuso hacer las cosas bien y no apresurar nada aun si quiso arrojarse a besar los labios ajenos en el momento en el que le confesaron que sus sentimientos eran correspondidos.

Cuando la noche llego el mayor fue a dejarlo hasta su casa, ambos la habían pasado realmente bien en su pequeña caminata y amena platica. Luego camino hasta su propio hogar con una boba sonrisa en su rostro.

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¿En qué momento se había fijado en él? Era algo difícil de recordar, el chico recién ingresado en la escuela, delgadito y lleno de pequitas se cruzaba en su campo de visión constantemente mientras era jaloneado de aquí para allá por Jinsung quien tenía algo con su amigo, aunque no sabía que.

Tal vez fue gracias a ello y Seungmin, un amigo en común de ambos, que logro conocer de forma indirecta al otro australiano; su nombre, algunos de sus gustos y el dato de que era constantemente molestado por otros alumnos.

Quizá pensó en algún momento de su vida aparecerse ante el como un héroe de la historia cliché en la que era el personaje que rescataba a su enamorado de los bullys y lo hacía respetar, pero era algo cobarde o tal vez lo suficientemente amable para amenazar a chicos menores que él, además de que tampoco conocía las identidades de los agresores ni había presenciado algún evento de ese tipo.

Normalmente lo único que observaba era al chico llorar bajo las gradas o en los baños. Al principio lo que sentía era mera curiosidad que con el paso del tiempo y conforme observaba con más detenimiento al pecoso se fue convirtiendo en una extraña atracción a cada pequeño detalle de este.

Cada pequeña manchita sobre sus mejillas o lo lindo que era el brillo de sus ojos cada que algo lo hacía sonreír, la voz que no parecía encajar con su apariencia que parecía incluso de algún ser mágico y la simpleza del chico en todo lo que hacía.

No era un experto en el amor y mucho menos sabia como conquistar a un chico cuando toda su vida había estado con chicas, se sentía casi como un cobarde al no saber cómo acercarse y hablarle. Tuvo miedo por un momento, porque cuando finalmente comenzaba a crear lazos amistosos con el chico él lo allá arruinado todo.

Mala idea contarle a sus amigos, lejos de ayudarle solo lo molestaban, algo que a él no le causaba gracia pero que juro cobraría venganza.

Por ahora era feliz de saber que Felix no lo odiaba y que era correspondido, no sabía exactamente que hacer pero se encargaría de hacer feliz al pecoso ¿Sera muy cursi si le regalaba flores? No era un experto en el amor, era algo torpe porque las únicas veces que se enamoró termino siendo utilizado.

—También vas a hacerle la tarea?—Hyunjin no podía con su risa, nunca dejarían de torturarlo con su época de su torpe intento de conquistar a una chica durante su adolescencia en la secundaria, a ella le dio su todo para que esta al final lo rechazara para salir con otro, era tan patético en aquel entonces.

—Ni siquiera sé porque están en mi casa—Les reprocho aun si no era nada raro tenerlos ahí como si él fuera el huésped y la casa de ellos.

Aquel comentario no sirvió de nada y Hunjin continuo burlándose de él hasta que tiro accidentalmente su café sobre sí mismo, era su turno de ser víctima de las burlas cuando su expresión cambio por completo y buscaba limpiar inútilmente la mancha del líquido sobre su ropa desgraciadamente blanca.

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Ayer dije que no tenia clase y resulta que si tengo clase no puede ser, les dejo esto y me voy c:


INSECURITIES// ChanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora