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Convencer a su papá sobre su cumpleaños fue relativamente fácil, si bien el hombre había fruncido el ceño y parecía a punto de gritarle cuando dijo que no quería una gran fiesta la idea de su madre sobre decir que este año quería algo exclusivo lo hizo calmarse, y al mismo tiempo ponerse más engreído de lo usual.

Había comenzado con sus planes, como siempre, ignorando por completo la opinión y deseos de su hijo, empezó a buscar sitios en los que según él fuera difícil encontrar alguna reservación, llamando a diferentes banquetes de comida, y empezando con su lista de socios, BaekHyun había perdido la esperanza de tener una tranquila cena en algún club con sus amigos mientras su padre hacía de la celebración algo suyo.

La única buena noticia de todo es que sus abuelos vendrían a la ciudad para verlo, amaba las visitas de esa bola de viejitos, sus abuelos paternos eran increíbles a la hora de controlar a su padre, desgraciadamente compartían muchas opiniones con él, pero solían ser lo suficiente para bajarle sus humos de superioridad, y cuando su abuela materna pisaba el lugar su progenitor parecía volverse otra persona, tratando a su madre como merecía, con respeto, cariño y más atenciones de lo usual. ¿Qué pensarían sus abuelos si supieran verdaderamente lo que vivían?

Jamás se le había ocurrido quejarse de su padre con sus abuelos, principalmente porque, aunque el hombre fuera un dolor y muchas veces hiciera cosas que no le gustaba nada de eso había resultado en algo malo, si, muchas de sus fiestas de cumpleaños no fueron lo que había pedido, pero siempre tuvo pastel, a sus amigos y mil regalos, ChanYeol estuvo ahí para hacer las cosas amenas así que a pesar de que preguntaron él puso una sonrisa y dijo que todo estaba bien.

Hoy estaba teniendo una opinión diferente.

—Amor —llamó su Nana, su abuela materna—, vete a cambiar, quiero ir a comprar tu regalo.

—Ya mismo.

Su padre le lanzó una mirada a través de la mesa, pero no le advirtió en voz alta nada, él quiso reírse porque el hombre siempre era un intimidador, hasta que llegaba la gente que lo asustaba a él. Sí, olía cada vez más a venganza.

Una vez listo salió corriendo para encontrarse con su abuela, la mujer lo esperaba ya en el carro en el asiento de copiloto y él ni siquiera se molestó en despedirse bien de las personas en casa, tan sólo gritó una despedida y azotó la puerta a su espalda.

—Quiero que compres tu ropa para la cena y también elige tu regalo.

—Nana, con una cosa estoy bien.

—Cállate, niño, estás cumpliendo veintiuno, necesitamos celebrar eso a lo grande.

Terminó aceptando entre risas, de todas maneras, no había poder en la tierra que hiciera que Im JinAh cambiara de opinión, y él no era quien para llevarle la contraria a su dulce abuela.

El centro comercial estaba bastante lleno a esa hora, pero no importó, antes de ir por su ropa decidió pasar por su regalo, consiguió un nuevo lápiz digital para reemplazar el suyo que ya estaba algo jodido, y luego se fueron directamente a su tienda favorita de ropa y empezó a probarse distintas prendas. No sabía muy bien qué debía usar este año, en muchas ocasiones su madre compró su conjunto o su padre le dijo específicamente que usar, en alguna que otra ocasión se vistió semi formal a su gusto, pero la cena de este año sonaba más extravagante de lo usual.

—¿Qué debería usar?

—Es tu cumpleaños, usa lo que quieras.

Rodó los ojos antes de dejar la camisa de lado.

—Claro, luego mi padre dirá que no va nada con el tema y me hará cambiarme.

—Si tu Nana lo compró dudo que se atreva a intentarlo.

BLOSSOM - chanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora