Capitulo 2: Inmersión

124 1 0
                                    

Manejé tan despacio como pude puesto que la carretera era tan resbalosa incluso cuando iba en la primera velocidad, no quería arriesgarme a volver a estar en una situación de muerte inminente otra vez. Al llegar a un pequeño poblado que parecía casi desolado un policía me pidió que me orillara de la carretera con señales de su lampara que apenas lograba visualizar.

- Buenas tardes señor, puedo notar que su lampara delantera izquierda esta rota ¿Qué sucedió? - Preguntó el oficial -.

- Tuve un percance 3 kilometros oficial - Respondí -.

- Ya veo, ¿se encuentra bien?, hay un hospital pequeño a unos 12 minutos de aquí si se siente mal debería acudir - Dijo el policía -.

- Descuide oficial todo bien, solo un poco de frío pero nada que una bebida caliente no pueda quitar -Dije -.

- Bueno, esta bien, solo le pido que arregle su lampara lo antes posible de lo contrario tendré que ponerle una multa - Dijo el policía -.

El oficial se disponía a regresar a su puesto cuando se me ocurrió preguntarle hacia donde quedaba South Lake a lo que el contestó.

- Queda a un kilometro de distancia, nada lejos, si se dirige hacia allá póngase alguna chaqueta mas que he oído que esta una tormenta mas fuerte allá.

Le di las gracias y tras una breve despedida volví a mi destino, el pueblo se veía muy humilde, la gente tenia casas de madera como estilo cabañas y muchos a juzgar por su entorno debían dedicarse a la tala de arboles (había troncos con hachas clavadas casi en todas las casas del lugar).
Tras 10 minutos llegué a South Lake y en efecto como dijo el oficial había demasiada nieve en el aire que apenas y era visible la parte frontal del automóvil, volví la vista a la nota periodística que tenía y repasé la calle "Calle Williams 675 South Lake City".
Al poco tiempo di con la dirección pero lo que vi me dejo demasiado confundido, tiras de "Prohibido el paso" tapaban toda la puerta e impedían el paso a la residencia, en un momento de vandalismo rompí las tiras y forcé la cerradura hasta lograr pasar, pues mi confusión era mas que mi noción de lo ilegal. Entré a la residencia y encontré todo tirado, los sofás hechos polvo, la cocina simplemente desacomodada, pero pasando por el comedor me encontré con que la chimenea estaba llena de carbon y ciertos pedazos de fotografías de... ¿Mi? Y al parecer una mujer, eso me desconcertó, me veía tan sonriente en aquella foto, en una vista bastante bonita de espaldas al Monte Rushmore voltee la foto y tenia un mensaje "Con amor para el único hombre en mi vida - Ana".
Seguí buscando cosas que pudieran decirme mas acerca de mi identidad y lo que había pasado en las ultimas semanas, encontré diversos recibos de una institución llamada "Centro de Psicología y Estudios Mentales de South Lake", quizás ahí es donde había conocido a aquel doctor Nietzel y por eso es que lo tenia tan claro con su deslumbrante color blanco. Encontré ademas mas fotografías de una mujer y yo, asumí que era mi esposa pues los 2 al analizar la imagen teníamos una argolla de compromiso, decidí subir las escalera y analizar las habitaciones restantes, el baño también era un desastre, pero este en especial tenia unas velas bastante derretidas y los vidrios rotos, me asusté bastante por todo lo que había visto en aquel lugar, me hacía echar a volar mi imaginación y pensar lo peor de lo que había sucedido en aquel lugar, cuando creía que lo mas desconcertante podía ser lo que me encontraría en la habitación donde se suponía debía dormir con mi esposa me preparé para quizás verlo, pero contrario a todo lo que suponía todo se veía bien acomodado, bastante bien diría yo, sin siquiera un poco de polvo sobre los muebles, entonces tome una chamarra del armario, una lampara que encontré en la mesita de noche y los recibos de aquel centro psicológico... Sin olvidar la foto que encontré en la chimenea.
Salí despacio de la residencia y cerré la puerta por lo menos como pude, pues la cerradura estaba hecha añicos, caminé hasta el automovil, subí y mirando aquel lugar por ultima vez comencé de nuevo mi viaje rumbo a la verdad. Revisaba la dirección del lugar mientras manejaba y descubrí que quedaba un poco retirado de donde yo me encotraba, quizás a unas 10 o 12 horas de viaje, pero eso no me quitó los animos, viajé por una carretera ya un poco mas tranquila en cuanto al clima donde el sol se lograba ver un poco y la vegetación de pinos ya se veía verde. Iba a ser un viaje bastante largo, por lo cual decidí parar a tomar un descanso de por lo menos unas cuantas horas, pues mi cuerpo ya mostraba señales de cansancio, paré en un hotel a las orillas de la carretera llamado "El Oso Dormilón", renté una habitación, acomodé las pocas cosas que llevaba y tomé una ducha bastante caliente para después dormir unas 7 u 8 horas. Al despertar salí del lugar, me sentía algo molesto y no sabia explicarme porque, pues no me había pasado nada que me hiciera pasar por ese estado, sin tomar
tanta importancia a eso volví a poner atención en el camino, tras un largo viaje me encontré con que a la lejanía se veía la clínica que por una extraña razón estaba bastante escondida entre un bosque y una pinta de prisión abandonada, de no ser porque vi gente salir de ese lugar juraría que podía estar fuera de servicio, llegue al lugar y estacioné el auto afuera dispuesto a entrar.

La pérdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora