[1]

1.6K 220 25
                                    

Un astronauta y un repostero nada en común, ¿cierto? 

¿Quién dijo que en las relaciones se tenía que pensar igual o tener la misma carrera para entenderse? 

Mew y Gulf no pensaban así.

 Se conocieron de la forma más rara posible y desde ese momento sus vidas se conectaron y sus destinos se unieron, creando así una bonita relación. Gulf estudiaba en la Universidad estatal de Washington y trabajaba medio tiempo en una cafetería. Ahí lo conoció.  

El primero en caer fue Mew y tardó 6 meses en conquistar al menor, lo intentó con todo. Flores, canciones, invitarlo al cine, chocolates y al final lo logró con una invitación al planetario para observar las estrellas. Aún recuerda los ojitos brillantes del menor mientras observaba las estrellas. 

Ahora Mew tenía 5 años de trabajar para la Nasa, había salido del colegio a una edad temprana y siempre tuvo claro lo que quería. Gulf  por su parte era dueño de multiples pastelerías, considerado el mejor a nivel nacional e internacional. Eran jóvenes aún pero eso no impidió su éxito a tan temprana edad. La relación de Mew y Gulf se fortaleció con el tiempo. Comenzaron a vivir juntos en su segundo año de noviazgo y al principio no todo fue color de rosas, hubieron peleas y molestias por parte de ambos pero eso nunca quito o borro el amo que se tenían.

Ahora mismo tanto Gulf como Mew se encontraban en cama acurrucados. Era domingo, único día que Mew y Gulf descansaban completamente. El día estaba frío, apenas venían entrando a noviembre pero el clima de Washington era así y a ellos no les molestaba estar casi encima del otro buscando calor. 

El teléfono del mayor no paraba de sonar y Gulf empezaba a odiar ese sonido, mientras tanto Mew se encontraba en un profundo sueño. Con Mew temblaba y él ni enterado, por otro lado el menor no tenía el sueño tan pesado como su novio. Fastidiado por el ruido le gritó a Mew.

—¡Mew apaga eso!

Nada, ni siquiera se movió, el celular seguía sonando y acabaría en el inodoro si no se callaba. Como medida drástica Gulf tomó su almohada y le dejo ir un buen  golpe a Mew quien se levantó de un solo.

—¡Tu celular! Contestas o esa cosa acabara en el inodoro. 

Mew se levantó de golpe, Gulf sonrió y se volvió a quedar dormido. Mew sabía que Gulf era un gruñón al momento de irrumpir su sueño así que no le favorecía un Gulf enojado.

—¿Nos levantamos bravas, eh?

Murmurando Mew cogió el celular y se sorprendió por ver quien lo llamaba. Rápidamente se puso de pie y automáticamente su sueño desapareció.

—Si Señor, aquí Jongcheveevat, de la base de Washington 0421.

—Señor Jongcheveevat su momento ha llegado.

¿Momento?

Así es, venga mañana temprano, su misión será explicada y entrenada aquí, la salvación del mundo está en sus manos.

A Mew no le dio tiempo de preguntar ni contestar nada. Una misión. Salvar al mundo. Estaba feliz, diablos si lo estaba pero también pensaba en Gulf. Él era su mundo y hablaría con él mas tarde, por ahora lo dejaría dormir.

.

.

.

.

.

holaranitas! es diciembre y mis borradores lo saben 🤣🤣 en fin, bienvenidos a esta mini historia, espero les guste y no vayan a morir de sobredosis de amor <3<3<3

¿La parte que les pareció más interesante? <3

lqmranitaaas!!!<3<3<3<3



SPACEMANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora