Pequeña aprendiz

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Movía su cuerpo con fuerza, manejando con agilidad la espada de madera mientras que a su vez sostenía en su otra mano un escudo de peso ligero.

—Si el enemigo es superior en tamaño no tratéis de pelear como lo harían con un zombie o esqueleto, protejanse con el escudo de esta manera. —se agachó colocando un pie delante del otro, cubrió su torso y parte del rostro con el escudo y mantuvo su espada en posición de ataque.

—Lo favorable sería tener un compañero que ataque por detrás al enemigo, pero en caso de estar completamente solos, aprovechen pequeños momentos donde su enemigo no ataque para atacarlo a él, así. —empujó su brazo hacia adelante sosteniendo la espada y fingiendo que atacaba a alguien. —pero recuerden no perder la posición de su escudo, así tan pronto den un espadazo vuelvan a cubrirse. —y volvió a su posición de defensa.

Los niños miraban emocionados, admirando con fervor al guerrero que les instruía ese día.

—¿Alguna pregunta? —el joven soltó su escudo para dejar su posición y quedarse parado mirando al pequeño montón de niños que negaron a su pregunta. —Bien, formen parejas y practiquen, uno hará de atacante y otro copiara lo que acabó de enseñar, luego de cinco minutos cambian papeles. —explicó con la mirada seria y aplaudió, los niños comprendieron y se levantaron del suelo comenzando a seguir las indicaciones.

—¿Todo bien?

Apareció detrás del guerrero el apodado "cuervo" que aún con la máscara puesta, Auron sabía le sonreía.

—Sí, ¿terminaste con tu grupo? —se bajó del pequeño escenario de madera donde enseñaba a los niños y se acercó aún más al recién llegado.

—Sí, se han ido ya con Axozer a la siguiente clase. —contó a lo que Auron solamente asintió. —Hey, ¿pasa algo? —pregunto preocupado tomando entre sus manos el rostro del menor.

—No, nada. —Auron fingió una sonrisa, ante el silencio de Focus sabía que este no le creía lo que decía —En serio, no ocurre nada, solo estoy cansado.

Focus suspiro, él sabía que algo ocurría con su novio pero no le obligaría a hablar. Extendiendo sus alas negras el híbrido tapó sus rostros de ambos, buscando algo de privacidad para lo que haría, se quitó la máscara y con una pequeña sonrisa atacó los labios de Auron. El beso fue suave y cariñoso, buscando el contacto que no tuvieron en toda la mañana, se separaban por momentos para tomar aire y se volvían a besar. Por ellos hubieran durado horas así, pero un pequeño que toco las alas de Focus no los dejo continuar.

Rápidamente el cuervo se colocó su máscara y guardo sus alas, viendo al pequeño.

—Maestro Auron, Lila esta llorando. —señalo el pequeño a su compañera que tumbada en el piso no dejaba de llorar.

Los dos mayores se acercaron a la pequeña, preguntando que había pasado y por qué lloraba. Resultó que en un movimiento brusco se cayó de espaldas y ahora le dolía todo su cuerpo. Auron suspiro, la pequeña Lila era la menor de todo el pueblo, apenas tenía seis años. Ella debería de estar jugando o paseando por la playa, no entrenando con niños que la superaban en edad y fuerza, realmente Auron no debería sentir eso pero tenía cierto odio por los padres desaparecidos de la menor, aquellos dos mercaderes se habían marcado dejando a la niña sola que vivía en el colegio de Nia.

—Lila, creo que este ejercicio es muy duro para ti, ¿no quieres sentarte unos minutos? —habló suavemente el de mechón de fuego, a lo que la pequeña negó exaltada.

—¡No, no! Yo puedo, solo me tropiece, ya no voy a llorar. —habló torpemente, incluso pronunciaba mal las palabras.

—Pero es que tus compañeros tienen ocho añitos, estas muy pequeña. —añadio el cuervo que tenía cargada en sus brazos a la niña.

One Shots l FocusPlayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora