「 FASES - TomTord 」

「 2.9 」

La noche había caído y se reflejana por la gran ventana.

—Esta cicatriz fue de una navaja en una pelea nocturno— Tord apuntaba debajo de su abdomen.

—Es muuuy grande— Veía Tom.

—Eso dicen todas— guiñó.

Tom lo vio con aburrimiento —A veces me caes mal—

Ambos continuaban en aquella oficina, Tord en las piernas de Tom, apenas llevaban pantalones desabrochados.

—De no ser por Patrick y Paul aquel día habría muerto...— continuó Tord, quien sonrió al ver la herida —Yo les debo mucho—

El británico lo vio sonriente, ver a su ex de esa forma, con una sonrisa tan sincera y placentera le hacía revolotear el estómago, este sentimiento le revolvió la cabeza haciendo una mueca.

—¿Que?— respondió Tord al ver su expresión.

—Nada, es que— lo miró de reojo —Al principio en serio en serio no creí terminar así—

—Oh. Lo siento, ¿me levanto? lo lamento tomé demasiada confianza—

Estuvo a punto de ponerse de pie cuando Tom lo devolvió a sus piernas —Commie no seamos ridículos, acabamos de cojer, la confianza sobra— lo miró con paciencia haciendo al otro sonreír con pena —Te ves increíble— dijo mientras veía sus cicatrices, la falta de su brazo izquierdo, su despeinado cabello largo y su ojo blanco.

Tord tomo su rostro —Tu también, como el primer día que te vi— veía como su estómago había crecido, como se había dejado crecer su barba.

Se parecían hermosos.

Depositaron un pequeño beso en sus labios sintiendo cada pequeño toque entre sus cuerpos, es un sentimiento de calma y cariño que no podrían describir si lo intentarán. De pronto un temor recorrió sus cuerpos.

—¿Ahora qué?— preguntó Tord —Q... qué, ¿qué significa esto para ambos? yo, yo ... tengo un ejército que comandar y, y—

—Cariño, tranquilo—

El rostro de Tord se enrojeció —Ay... me siento como un estudiante de secundaria—

—Ja, yo igual— tomó sus manos —Disfrutemos esto— no tenía una respuesta para el mañana, para el futuro o para lo que pasaría al salir de la habitación, lo único que sabe es que no quiere cruzar la puerta ahora.

Ambos se quedaron en silencio, uno que entendían era una respuesta clara.

—Tom...— susurró el noruego en el pecho del mencionado —Abrazame—

Ni siquiera respondió, solo obedeció, atrajo su cabello hacia su nariz y respiro, era el olor más rico del mundo.

.
.
.
"No me vuelvas a soltar, porfavor" pensaron.