Una noche cómo cualquier otra Jeongin nunca volvió a casa.
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La vecina abrió la puerta de su patio trasero y corriendo salió detrás suyo su mascota, Garu. Como era costumbre todas las mañanas salía a limpiar el césped ya qué a veces las eses de su perro afectaban en el lugar y aumentaba el olor terrible.
Está vez creyó qué ese olor aumentó ya qué era tan fuerte y desagradable qué tuvo qué cubrir su nariz para no vomitar ahí mismo.
— Por dios, Garu, ¿Qué comiste? ¿Un gato muerto? — negó. Y aunque ella lo dijo de manera de broma. No estaba muy lejos de la realidad.
Garu había estado ladrando a un lugar fijo desde hace dos días y si mal no recordaba esta vez volvió hacerlo. Observo en dirección al jardín de su vecino con curiosidad.
Se acercó lentamente y precavidamente cerca al jardín de su amable vecino qué últimamente no había estado viendo desde hace algunos meses. El olor a eses era más fuerte cada qué cruzaba el jardín hasta qué se dio cuenta qué el olor venía de su hogar.
— Quédate aquí, no ladres — observó a Garu qué se quedó sentado donde su dueña le dijo.
Se tiro al césped y gateo hacia una diminuta ventanilla que había en la parte trasera de la casa de su vecino. Asomó su cabeza y inmediatamente se tiro hacia atrás con el estomago revuelto y su cuerpo comenzó a temblar.
Había alguien lleno de eses tirado en esa pequeña habitación.
— M-mierda — susurro antes de ponerse a vomitar.
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El detective Baek observaba su computador analizando el historial de Yang Jeongin. Llevaba días dudando mucho sobre la forma extraña en la que se llevo el caso.
No pasó desapercibido el día del juicio. Jeongin y Hyunjin eran pareja de años, llevaban una relación algo extraña pero, que contenía violencia y según los testimonios de varios conocidos, Jeongin era quién normalmente iniciaba la violencia.
Esas sonrisas, miradas y aura qué se dieron uno al otro, lo alertaron de algo que no conocia.
— Hey, jefe, ¿Quiere qué vayamos a cenar algo rico?
— Detective Cho — lo llamó. — ¿Quién alertó a la policía sobre la presencia de Yang Jeongin en la casa de Kim Kibum?
— Según se.. — se acercó a su escritorio y comenzó a buscar rápidamente el expediente. — Una vecina de Kibum, el olor llamó su atención y fue cuándo encontró a Yang Jeongin.
— ¿Sólo eso? ¿No se encontró nada más?
— Solo vómito pero, eso fue por la vecina así qué no, no se encontró nada — cerró el expediente. — Por dios jefe, ¿Sigue pensando en eso? Ya se cerró el caso y ya hay un culpable.
