Una noche cómo cualquier otra Jeongin nunca volvió a casa.
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Términó de guardar el teléfono de Jeongin que previamente había revisado y borrado algunos mensajes o fotografías, guardó dentro de la maleta también la ropa que había quemado hace unos minutos para poder borrar toda evidencia de huellas en ella y sin olvidar sus cuadernos e cosas de la escuela. Verificó su alredor por última vez antes de irse y se acercó a Jeongin que estaba recostado en la cama con sus manos y piernas previamente atadas, acarició la venda en la cabeza del menor y sin decir palabra alguna salió.
Pasó por el salón principal del condominio con total normalidad.
— Hey, joven Hwang.
El señor Choi le sonrió saliendo de su pequeño cuarto donde estaban las cámaras de seguridad y demás cosas del condominio.
— Hola señor Choi — sonrió deteniéndose en medio del pasillo.
— ¿Cómo estás? ¿Estás mejorando? ¿No te has sentido mal? Si es así dime y puedo ayudarte con lo que pueda — se acercó con total preocupación acomodando sus anteojos.
— Estoy bien, me sirvieron de mucho los medicamentos que me compró mi madre y los té's que usted me ha dado. Muchas gracias por ser tan amable conmigo — ladeó una sonrisa asintiendo.
— Está bien, esta bien eres el mas joven del edificio es lo menos que puedo hacer — golpeó levemente el brazo del peli negro. — ¿Vas a tus cursos?
— Oh si, me iré antes porque mi clase se programó temprano — asintió viendo la maleta de reojo. — Bien, me voy.
— Oh, claro, claro no llegues tarde — asintió.
Hyunjin sonrió hasta que salió del edificio, se dirigió a tomar el autobús en dirección a casa de Jeongin.
Se acercó a la casa con una capucha negra y al verificar que nadie lo viera sacó la llave del auto de Key y si se preguntan porque tiene la llave es porque Jeongin y el sacaron una copia porque tomaban el auto de vez en cuando pero era algo que sólo él y Jeongin sabían.
Se sentó en la parte trasera y se quito la capucha comenzando a sacar las pertenencias de su novio y regandolas por el auto, incluyendo el teléfono de Jeongin que aventó debajó del asiento del conductor estando todo hecho con una toallita y alcohol comenzó a limpiar las huellas que había dejado. Antes de salir observó el cenicero del mayor y sin más preámbulos lo tomó y rápidamente salió del auto.
— Espero caiga en esto, señor Kim.
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— ¿Llamaste a Jeongin? — Heize observaba angustiada a Junghwan que seguía enviando mensajes.
— Ya y incluso le envie muchos mensajes pero, no me responde — sus dedos temblaban conforme escribía. — ¿Y si le pasó algo, mamá?
— Key, te dije que fueras por Jeongin.
Él hombre se levantó del sofá y suspiró.
— Y lo hice pero, tu maldito hijo gay no quiso venir conmigo, ¿que querías que hiciera?
