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Bueno, un instituto al otro lado de la ciudad no era lo que me imaginaba por "lejos" y tenerme que levantar a las 5 de la mañana por el tiempo del recorrido no era lo mejor, pero al menos podía dormir en el camino.

De nuevo, un instituto privado con un uniforme diferente, más bonito a decir verdad. Igual, sigue siendo un cambio drástico.

-No puedo creer que esté haciendo esto por culpa de una maldita psicópata obsesionada con Yoongi.

-¿Dijo algo señorita Kim?

-Oh no, nada- no quejo del chófer, es mejor que ir en bus-, y de nuevo, dígame Nilya.

Después de sonreírle al señor Lee, cerré mis ojos quedándome completamente dormida.

-Nilya- sentí que picaron mi mejilla.

-Cinco minutos más...

-Señorita Kim, hemos llegado.

-¿Uh?, a sí, gracias.

Espanté el sueño que tenía y tomé mis cosas.

-Regrese con cuidado, Señor Lee.

-Que tengas buen día, Nilya.

Me despedí de él y suspiré al ver la avalancha de adolescentes entrando.

-Ugh, personas.

Suspiré tratando de no sentirme incomoda por las miradas curiosas de todos, pareciera que nunca habían visto a una extranjera.

-¿Eres Kim Nilya?- asentí aún un poco desconfiada-, Soy Sol-i, debo llevarte a la oficina del director, ¿si me entiendes?

-Sí.

-Oh hablas coreano, creí que no me entendías y que tendría que hablar en inglés, ¿eres becada?- negué-. Yo sí, llegué hace un año y medio.

Dios, ¿una becada en medio de tantos niños ricos?, debe ser una pesadilla.

-Si lo que estás pensando es que me denigran por ser solo becada- me leyó la mente, o es muy común pensar eso por aquí-, estás en lo correcto, pero no pasa nada, supongo que no puedo hacer nada.

-Tener dinero no es símbolo de hacer menos a quien no tiene esa suerte.

-Wah, si hablas- me sonrojé-, ojalá ellos pensaran como tú.

-Si bueno, antes de llegar aquí no tenía nada, entonces.

-¿Te ganaste la lotería?

-Si que mi mamá muriera y tener que mudarme con mi papá millonario es ganarse la lotería, supongo que sí.

-Lo siento, fui una tonta.

-Ay no te preocupes, suelo hacer chistes sobre mis desgracias aunque no tengan humor.

-Esta bien, supongo.

-Y... ¿nos vamos o...

-Oh aún no, falta un chico que también se acaba de transferir.

-¿Un chico?, ¿a medio curso?

-Es lo mismo que pensé yo cuando me dijeron hace unos momentos.

-Si bueno, tengo mis razones-. Se estacionó un auto y ella reaccionó.

-Supongo que es él, puedes entrar y esperarnos en el pasillo-. Me encogí de hombros adentrándome al instituto.

Vanilla || MYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora