—Ten —le lanzó las llaves a Yeonjun— tú eres el que sabe a donde vamos.
Subió de copiloto y yo atrás, su actitud me parece extraña y un poco graciosa, sé que actua como mi pareja porque nuestros amigos no sabían que ya no estábamos juntos, bueno, eso era antes de que Hoseok abriera la boca.
—¿Quién es este amigo tuyo? —rompió el silencio— ¿lo conozco?
—No lo creo, pero creo que te gustará es muy guapo —sentí su mirada por el retrovisor— Perdón.
Y después de eso ya no volvieron a hablar, en cambio, ella puso una playlist para el resto del camino.
(...)
—Aquí es —se estacionó afuera de una casa bastante ruidosa para mi gusto.
—Hay mucho ruido —se quejó— ¿Estás bien con eso Gigi?
Gigi, hacia mucho que no me llamaba así, mi corazón quería salir de mi pecho, podría jurar que mis latidos se escuchan por todo el auto, aún más fuerte que la música que salía de la dichosa casa.
—No hay necesidad de apodos cursis —se burló Yeonjun— yo si sé que no están juntos. Bueno equis, ¿vamos ya o que?, nos esperan. —Salió del auto soltando un portazo.
—¿Seguro no te importa el ruido?
—No, esta bien, vamos.
—Sí no quieres estar aquí podemos irnos.
—Estoy bien.
Salí del auto y abrí la puerta para ella, será divertido ver como aparenta que aún estamos juntos.
—Gracias —en cuanto salió y vimos a los demás, tomó mi mano como siempre lo hacía jalando de mí hacia ellos, no sé si mi corazón pueda aguantar toda la noche.
Entramos empujando un poco al gentío que había, podía sentir las uñas enterrandose en la palma de mi mano, luego recordé lo que pasó en la última fiesta con mucha gente a la que fuimos.
Solté su mano para pasar mi brazo por su hombro, sentí como su cuerpo se relajaba.—Gracias —entonces ella pasó su brazo por mi cintura.
—¡Hey Yeonjun, viniste! —conozco esa voz.
—¡Vernon!, obvio iba a venir, tus fiestas son las mejores —Ay no, miré a Nilya y tenía la misma expresión de horror en su rostro, era el tipo del nuevo instituto— traje a unos amigos, espero no te moleste.
—Pero si son los transferidos —se acercó a nosotros, el cuerpo de ella tembló— Hola Nil, te vez linda.
—Guarda tu distancia —advertí.
—O si no, ¿qué?
—Ammh, tranquilo bro —el peligris se puso frente mío— son pareja.
—¿A si?, pues no parecen serlo cuando están en clases.
Mierda, este tipo está complicando las cosas.
—Lo somos.