卍•1°Mío•卍

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El mundo parecía odiarlo de gran manera desde que era un pequeño, dando sus resultados como un omega la categoría más baja del mundo

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El mundo parecía odiarlo de gran manera desde que era un pequeño, dando sus resultados como un omega la categoría más baja del mundo. Takemichi solo empezaba a ignorar eso, a pesar de que no sabía controlar sus feromonas no le importaba, teniendo en mente ser alguien importante, el que conquiste todo Japón convirtiendose en un pandillero; al principio sus amigos pensaron que era una idea algo imposible y muy infantil pero con el paso del tiempo aceptaron ese sueño del Hanagaki, haciendose pasar por una pandilla y buscar problemas con cualquier otra.

Sin tener ni la menor idea de lo que pasaría, Takemichi y sus amigos fueron en busca de chicos de otra secundaria y fue ahí donde su pesadilla viviente inició. Siendo aplastados y torturados por los lacayos de Kiyomasa, su única opción en esos momentos fue arrodillarse ante ese alfa y rogarle entre llantos que los dejara ir en paz, al escuchar que Kiyomasa acepto eso Takemichi penso que por fin había tenido suerte en su vida, que tonto de su parte, solo hizo la situación aun peor; a Kiyomasa no le importaba ni una mierda que Takemichi o Takuya fueran omegas, para él solo eran siervos que le ayudarían a ganar dinero.

Todo el dolor que Takemichi sentía lo hacía explotar en lágrimas, sus amigos sufrian en aquellas peleas y él no podía hacer nada al respecto por que si se atrevía a faltarle el respeto a Kiyomasa estaba seguro que su muerte sería ahí.
Su cabeza daba demasiadas vueltas cuando sus amigos le informaron que en la siguiente pelea sería el turno de Takuya su amigo de infancia, el pobre chico no tenía ni la menor idea de lo que era una pelea, eran débiles.

Al momento de la pelea Tekemichi no pudo mantener su boca cerrada, tenía que evitar a toda costa que su amigo y pareja de Akkun sea lastimado como él en sus anteriores peleas las cuales obviamente perdió; para llamar la atención de todos ahí su única idea fue desafíar a Kiyomasa en una pelea a puño limpio, la mayoría empezaron a reír pero aceptaron empezando a apostar a por quien ganaría, las gritos de todos apoyaban a ese alfa de gran estatura llamado Kiyomasa, el omega sabía que nadie lo apoyaba a él por obvias razones, los omegas son débiles.

Recibía los golpes del alfa pero se levantaba cada vez, su cabeza ya estaba haciendose borrosa lo que le decía que muy seguramente acabaría desmayado o talvez muerto, su cuerpo se impulsó con fuerza contra el de Kiyomasa, aferrandose a este para no soltarlo y seguir resistiendo por lo menos unos minutos más; ese agarre no fue nada difícil de romper para el alfa, Takemichi estaba siendo la burla la de todos pero a él no le importaba, ver a su amigo Takuya a salvo significaba que hizo algo bueno por alguien importante para él. Era consciente de cualquier cosa que le pudiera pasar estando frente a ese alfa pero no se rendiría.

-Traiganme un bate-  ordenó el alfa mostrando una macabra sonrisa, Takemichi se sobresalto al oír eso e incluso el público empezaron a murmurar que eso sería injusto pues su desafío fue a una pelea a puño limpio y Kiyomasa estaba por romper esa regla. Takuya empezo a temblar al pensar que su amigo sería golpeado de forma violenta por su culpa, por ser tan inútil y débil, en eso su pareja le revolvió su cabello y le sonrió con ciertos nervios tratando de decirle que estaba pensando en hacer algo para acabar con Kiyomasa -¡¿Acaso no me escucharon?! ¡Traiganme un bat! Mataré a este bastardo-

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