卍•14°Manjiro•卍

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-Mikey ya es hora de levantarse, vamos, el desayuno está listo-  anunciaba la dulce voz de Emma desde atrás de la madera de la puerta, como no obtenía respuesta del mencionado tuvo que abrir la puerta para asegurarse de que nada malo le pasara, ya...

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-Mikey ya es hora de levantarse, vamos, el desayuno está listo-  anunciaba la dulce voz de Emma desde atrás de la madera de la puerta, como no obtenía respuesta del mencionado tuvo que abrir la puerta para asegurarse de que nada malo le pasara, ya sabía de lo que su hermano podía ser capaz, pero lo único que encontró fue a un peli negro durmiendo cómodamente en la cama -Cielos...-  susurró formando un puchero, su hermano parecía no haber cambiado mucho. Caminó con cautela hasta estar lo suficientemente cerca para apegarse al oído del durmiente, inhaló ondo -¡Mikey, despierta!-  gritó sin remordimiento contra el mayor, quien cayó de la cama tras el repentino grito.

-Hmm, buenos días, Emma-  murmuró Mikey sin darle tanta importancia a estar de cara contra el suelo.

-Apresúrate que no pienso dejarte ni las sobras si no bajas-  se cruzó de brazos y salió del cuarto sin dejar responder a su mayor.

Manjiro solo suspiró, se levantó y estiró sus extremidades con pereza; miró sobre el pequeño tocador que había en el cuarto y sonrió levemente, ahí yacía una foto de él junto a un rubio de ojos azules, el último estaba distraído al comer un taiyaki.

-Buenos días, Takemicchi-  pasó hasta el armario del cual sacó un conjunto corto de color negro y una camisa blanca. Bajó hasta el comedor, donde ya se escuchaban unas voces que parecían estar teniendo una conversación amena; al llegar vio a su hermana y a su mejor amigo sentado lado a lado en la pequeña mesa; solo les faltaba un bebé entre medio y serían una familia completa.

-Ya eres un adulto Mikey, no esperes a que Emma tenga que ir a despertarte cada día-  le regaño el de tatuaje en la sien. Mikey le sonrió con burla.

-Deja disfrutar la vida, Kenchin-

-No entiendo cómo es que te las arreglaste durante todo tu tiempo fuera del país-  murmuró Emma, llevando su cuchara vacía hasta su mejilla izquierda -Sirvientas tal vez...-

Ignoró lo dicho por su hermana y se sentó junto a ella para empezar a comer el desayuno; disfrutaba la comida casera de su hermana, por ello se había convertido en un "intruso" en esa casa, y es porque Emma ya vivía junto con Draken.

Al terminar de comer todo se ofreció para limpiar los trastes usados, a lo que ninguno de la pareja negó, se les era un gran milagro que Mikey se ofreciera a hacer eso. Pero Manjiro solo planeaba hacer un poco de tiempo antes de salir, no es como si disfrutará tanto limpiar los trastes que él no ensucio.

-Ser un niño era más divertido-  susurró desganado pero con una sonrisa en su rostro, terminando de acomodar el último traste en su lugar. Secó sus manos con una toalla y avisó a los dueños de la casa que saldría a caminar.

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