Capítulo 4

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Capítulo 4 

Volvemos del paseo un poco mas tarde de lo pensado, hemos estado charlando todo el tiempo. He podido conocer la veracidad que posee esta persona. Y lo digo así, por que he tenido conciencia de la sinceridad que llevan sus palabras y gestos, antes de mentirte prefiere obviar aquella pregunta incómoda que no quiere responder antes de mentirte en la cara.

Por eso me gusta, es una persona sincera y tiene cara de no saber mentir. 

En el establo se encuentra el mismo chico que estaba antes de irnos, pero lo que diferencia la situación actual con la anterior es que el mozo ahora tiene a una dama entre sus brazos con la lengua hasta la campanilla.

Alessio hace un fuerte sonido con la garganta advirtiendo con diversión en sus ojos a los amantes. Ellos se giran rápidamente. L chica se pone roja inmediatamente y hace una reverencia disculpándose seguidamente.

Lo que me sorprende es la reacción del chico el cual casi ni se inmuta de nuestra presencia, y digo casi, porque me mira fijamente, como esperando mi reacción, sonrío ante su desafío.

-¿Cómo te llamas? -

- Damien Laurent princesa. -

- Encantada de conocerte Damien,- sonrío - aunque me hubiese gustado que fuese en otras circunstancias.

- Lo mismo digo princesa. - esta vez inclina la cabeza a forma de reverencia y cómo disculpa.

La chica que por fin ha cesado con sus lamentos levanta la cabeza. Ahora la observo a ella.

- Y, ¿Tu cómo te llamas? -

- Dulcea, majestad. -

Asiento ante su presentación. Miro a Alessio quien aún parece divertido con la situación.

- Alessio, creo que es hora de que vayamos a prepararnos para el banquete que hay para vuestra bienvenida.

Él asiente en mi dirección y me agarro de su brazo para salir de los establos.

Me acompaña hasta mi habitación y allí se despide para irse a preparar también. Mi sirvienta María me ayuda con el baño y la vestimenta y cuando ya estoy preparada la puerta suena al ser golpeada.

Me acerco y al abrir descubro al chico de los establos. Encarno una ceja al ver cómo se inclina hacia mi en señal de sumisión.

-Buenas tardes princesa. Vengo en solicitud de una audiencia privada con usted.-

Eso si que me deja confundida. Me giro hacia mi doncella y asiento para que nos deje a solas. Ella se va cerrando la puerta tras de si.

- ¿Qué es lo que deseas conversar, Damien? -

- Siento que haya tenido que presenciar lo ocurrido en los establos, prometo que no volverá a ocurrir. -

- No te preocupes por ello, ya está olvidado. -

Él levanta la cabeza con sorpresa y confusión.

- ¿En serio? -

- Si, - asiento divertida - puedo entender que hayas sucumbido a la tentación de sentir placer en medio de tu jornada laboral, aunque no lo comparto, solo espero que realmente no vuelva a suceder y menos en mi presencia.

- Claro que si, majestad. -

- ¿Necesitas algo más? -

- No, princesa. - se le nota confuso - ¿No me impondrá ningún castigo?

- ¿Quieres un castigo? - Ahora la confusa soy yo 

- Creo que lo merezco - vuelve a agachar la cabeza.

- Pues ya que insiste, te lo daré. - asiento pensando en ello.

- Esta bien majestad. - se aclara la garganta - no tenga misericordia si así lo desea.

Que masoquista el muchacho.

- Tendrás que ser mi sirviente durante le próximo mes,  sustituirás a mi doncella.

Él asiente antes de darse cuenta de lo que supone y levanta la cabeza de golpe.

Sus ojos me miran con sorpresa y algo de deseo.

-¿Algún problema con ello? -

- No, majestad. - dice bajando la cabeza de nuevo, pero esta vez no en forma de sumisión, solo con cierta burla en sus ojos.

María vuelve a entrar reclamando mi presencia en el comedor.

- Princesa, la familia real la esta esperando para comenzar la cena. -

- María, vas a tener un mes de descanso de tus labores. Damien te sustituirá en tus tareas, asegúrate que aprenda todo lo necesario.- la miro a ella y luego a él. - empiezas mañana. No hace falta que me acompañéis, se cual es el camino.

Sali de la habitación tras el asentimiento de mi doncella. Recorro los pasillos del castillo ahora un poco mas animados que de costumbre gracias a la presencia de la familia real de Lania.

Llego al comedor en poco tiempo, todos están sentados ya, y conversan en un tono adecuado, no miro a nadie mas mientras que me siento en mi silla, estoy al lado del príncipe de Lania, no Alessio, si no su hermano, Belucci Dubois.

Arrastro mi silla y se hace el silencio. Levanto la mirada para encontrarme con los ojos verdes de Alessio.

Le sonrío un poco y espero a que mi padre de las bendiciones y le agradezca a las brujas para empezar a comer.

Todos lo hacemos sin conversar muy profundamente. Al finalizar, me doy cuenta de que todos ellos están mas cansados de lo que yo lo estoy, así que acompaño a Clara a su habitación y me dirijo a los jardines de palacio, pero al intentar llegar allí, me doy cuenta de que en los establos no hay nadie encargándose de los caballos.

Me acerco a la puerta y entro, la estancia solo esta alumbrada por una tenue luz que viene de un candelabro que hay en una esquina. Los caballos están encerrados cada uno en su recinto, pero no hay nadie que los vigile.

Ahora que lo pienso no he puesto a nadie al cargo de las caballerías al destituir de su cargo a Demian. Me quedo allí unos minutos mas antes  de seguir con mi plan inicial.

El tiempo fuera es demasiado fresco para la vestimenta que llevo puesta, pero eso hace que el cielo este despejado y lleno de estrellas. La constelaciones se ven claramente, hoy es una noche maravillosa para los astrólogos.

Pasa un rato cuando el frio me empieza a calar los huesos y entro en el castillo. Vuelvo a la torre a paso ligero, pero cuando cierro la puerta me doy de bruces con una sonrisa provocadora que no esperaba, y sinceramente hace que tenga mariposas en la barriga.

Esta claro que va a ser un mes muy largo junto a Demian. Pero va a ser todavía mas intenso con la presencia de cierto principito.






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⏰ Última actualización: Mar 12, 2022 ⏰

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