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La visita al Coliseo no duró mucho. El famoso club se encontraba a unas cuantas cuadras así que, con tranquilidad, los 5 caminaron hacía allí.
La música resonaba desde fuera y la fila para entrar parecía no tener final. Tiffany miró de reojo a Damiano, quien le hizo un ademán con la mano en señal de que no se preocupara. Caminaron por medio de la calle hasta llegar a la entrada en donde dos hombres con trajes vigilaban que nadie se colara. Thomas compartió un par de palabras con uno de ellos, Tiffany no logró escucharlo debido al ruido alrededor. En un abrir y cerrar de ojos, los hombres le cedieron la entrada a los 5.
El interior tenía forma de cúpula, de ahí su nombre Il Duomo. La gran pista de baile estaba en el medio del lugar, a su alrededor habían varios sillones con mesas en donde se podía descansar luego de tanto bailar. La barra con bebidas también era espaciosa para evitar que la gente se amontonara para beber algo. Había demasiada gente, por esa misma razón Damiano agarró de la mano a Tiffany, evitando que esta se perdiera entre la multitud. Llegaron hasta la barra dónde Victoria, forozosamente y bajo la presión de Thomas y Ethan, pagó las bebidas de los demás.
── Vamos a bailar. ──
Tiffany y Victoria se alejaron de los hombres y fueron hasta el centro de la pista. La música cambió repentinamente junto a las luces neones, "Taki Taki" comenzó a sonar seguido de los gritos de emoción de todos. Ambas bailaban y cantaban las partes que se sabían, que en su mayoría era en inglés. Las miradas no tardaron en posarse en ambas, llamando la atención la sensual forma en la que bailaban y como sus vestidos brillaban gracias a las luces. Las dos aprovechaban toda esa atención y decidían jugar un poco, bailando pegadas y con sus rostros muy cerca.
El alcohol ya había empezado a hacer efecto no solo en ellas sino también en los hombres, quienes no tardaron en acercarse a ellas luego de haberlas buscado por toda la pista. Damiano se colocó tras Tiffany, agarrandola por la cintura y hundiendo su cara en su cuello, dejando un par de besos en la zona. Ella cerró sus ojos, disfrutando de los labios de Damiano sobre su piel y del sutil aroma a alcohol que este desprendía. Todo alrededor pareció desaparecer, solo eran ella y él. Bailando y disfrutando de su pasión, la música.
