ᴅᴇʟɪᴄᴀᴛᴇ. || MÅNESKIN

𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝟏

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── En cuánto a entretenimiento, han pasado ya 6 meses desde que se vió a Tiffany Stone en público. ──

── Exacto. Por si todavía no sé enteraron de lo que sucedió con la estrella juvenil, aquí les va un resumen. A principios del año, el rapero Kanye West sacó un single en dónde llamaba a Tiffany una perra y aseguraba que él fué quien la hizo famosa. ──

── Tiffany subió una declaración a su Instagram en dónde expresaba su descontento con la canción y con la actitud de Kanye. El rapero no tardó en sacar a la luz una llamada telefónica que había tenido con Tiffany, en donde ella aceptaba que se la nombrará en la canción. ──

── Creo que todos, incluyéndome, pensamos que Tiffany vió la oportunidad perfecta para hacerse la víctima y sacar provecho de la situación. ──

── Lo que no se esperaba es que Kanye fuese mucho más inteligente que ella y la expusiera de esa manera. El tema explotó Twitter, generando que el hashtag #TiffanyStoneIsOverParty fuese tendencia de inmediato. ──

── Ella se sintió en el derecho de poder hacer y decir lo que quisiera sólo por ser conocida y tener un gran grupo de fans. Se merece todo lo que pasó, alguien necesitaba ubicarla y me alegro que ese alguien haya sido Kanye. ──

── A pesar de que ya pasó medio año desde lo hechos, todavía gran parte del público está en contra de que Tiffany vuelva a los escenarios. Ya nadie la respalda, ni sus amigas modelos ni el publico general. Quedó completamente sola. Su reputación nunca estuvo tan peor como ahora. ──

── Se podría decir que llegó el final de su carrera. Tiffany Stone llegó a su fín. ──

𝐀quello era lo que se decía en los medios de comunicación. Tiffany era una mentirosa y aprovechadora, que estaba recibiendo su merecido.

Todas las radios se negaban a poner una canción de ella, nadie la apoyaba públicamente. A quienes consideraba cómo sus amigas le soltaron la mano, no querían saber nada de ella. Su novio de aquel momento decidió cortarle por llamada telefónica debido a que su carrera se arruinaría si lo seguían relacionando con alguien como ella.

Sola. Abandonada.

Los primeros meses fueron los peores. Los comentarios de odio no paraban de aparecer en sus publicaciones. Las amenazas de muerte fueron lo que realmente la impulsaron a que se quedara en casa y no saliera ni para comprar el pan.

Su único soporte fué su madre, Andrea, y su mánager, Sarah Paulson. Esas dos mujeres fueron un pilar muy fuerte para Tiffany durante ese periodo de tiempo en que la joven era incapaz de levantarse de la cama, e incluso comer.

Poco a poco fue recuperando su confianza y sus ganas de salir adelante. Había luchado tanto por su carrera y su sueño musical, todos lo sabían aunque lo negaran. Por esa misma razón no podía aceptar que se la censuraran por culpa de una historia mal contada. Historia en donde ella era la villana principal a la que todos temían y despreciaban.

Tiffany se sentó en el amplio sillón de su living, todavía llevaba su pijama puesto y su cabello alborotado. Aquella mañana se había levantado con una idea, la cuál llevaría a cabo sin importar el resultado. Necesitaba hacerlo.

── Buenos días, Tiff. ¿Cómo amaneciste? Anoche te llamé 6 veces y no contestaste, casi me haces ir hasta tu casa. Dime, ¿estuviste con un chico? ── Sarah, su mánager, habló rapidamente desde el otro lado del teléfono. Tan rápidamente que a cualquier otra persona la hubiese confundido, pero a Tiffany no; ella ya la conocía.

── Voy a volver. ──

Un silencio se formó en la linea telefónica. Tiffany respiraba aceleradamente mientras que Sarah se había quedado completamente sin aliento.

── ¿Qué dijiste? ── Se atrevió a preguntar, creyendo que había escuchado mal debido al ruido a su alrededor.

── Que voy a volver, Sarah. Quiero sacar un álbum y volver a cantar. Lo necesito. ── Tiffany se sincero, notando cómo sus ojos se humedecian por la emoción de la noticia.

── Tiff.., cariño. ¿Sabes los arriesgado que es eso? ── La mujer soltó un suspiro, tratando de tranquilizar el ritmo acelerado al que estaba su corazón. ── Me alegro que hayas decidido volver. Te apoyo incondicionalmente en todo lo que decidas para tu vida y carrera. ── Se sinceró.

── Gracias, Sarita. ── Ambas rieron a través de la línea, sacando todo el estrés que tenían acumulado. ── Ahora, ¿tienes papel y pluma a mano? Necesito un par de cosas. ── Tiffany se secó la pequeñas lágrimas que caían por sus mejillas, lo peor ya había pasado.

Sarah cerró la puerta de su oficina, obteniendo así mayor privacidad. Rebuscó entre los cajones de su escritorio lo necesario y se preparó para anotar todo lo que la joven le fuese a pedir.

── Dime, ¿que necesitas? ── La mujer movió su pierna en un vaivén incesante, emocionada por lo que se venía.

── Necesito que me saques de esta maldita casa. ── Sarah soltó una risa que tuvo que contener al final. ── Habló en serio, no quiero trabajar en el estudio que tengo aquí. Necesito una bocanada de aire fresco. ── Tiffany acarició a Meredith, su mascota felina.

── Entendido, ¿algo más? ──

── Necesito que consigas a unos músicos. Un baterista, un bajista y un guitarrista, para ser mas específica. Si pueden ser amateurs mejor, no importa el sexo ni la edad. Mientras que sepan tocar está más que bien. ──

── Tiffany, ¿que estás planenado? ── Indagó su mánager, algo curiosa por el último pedido de la chica.

── Va a ser un álbum completamente distinto a lo que hice anteriormente. Ya tengo un par de letras hechas, necesito un poco más de tiempo y estarán listas. ── Explicó emocionada, realmente le tenía mucha fé al proyecto.

── En cuánto tenga a los músicos te llamo. ── Y cortó.

Tiffany se estiró en su sillón con una sonrisa en su rostro. La felicidad era tanta que hasta se atrevió a gritar, sacando todo lo que tenía guardado y asustando a Meredith. Antes de que pudiera correr tras el felino para pedirle perdón, su teléfono volvió a sonar.

── Måneskin. Son lo mejor que pude encontrar, recién empiezan pero tengo muy buena referencia de sus músicos. Te esperan en Italia la semana que viene. ──

Italia, allá vamos.