❝ Ellos me destruyeron,
ignoraron y lastimaron.
Y ahora quieren que
proteja a su héroe. ❞
Una boxeadora que lo
perdió todo, gracias a
los héroes.
➘Los personajes de BNHA le pertenecen a Kōhei Horikoshi, solo la protagonista y otros personajes so...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Salió del baño observando con desagrado a las chicas que segundos antes estaban hablando mal de ella, cosa que sinceramente no le sorprendía.
—Deberían aprender a callar sus hocicos, perras —pronunció golpeando la pared detrás de ellas—. O yo me encargaré de silenciarlas.
Gruñó, alejándose de ellas para seguir su camino hacia la oficina. Había quedado con Koni para verse en el área de entrenamiento.
Casi no había alumnos por los pasillos, dado que las clases aún seguían y los chicos de su salón seguramente ya estaban en el entrenamiento.
—¡Dai Shikichi! —gritó una voz femenina.
Detuvo sus pasos en busca de su origen, encontrándose con una chica con dos coletas un poco desordenadas y un uniforme diferente. No la conocía y estaba segura de que no era estudiante de la UA.
—¿Quién eres? —cuestionó con el ceño fruncido y sus manos hechas puños.
—Hey... tranquila —levantó sus manos la rubia, mostrando una enorme sonrisa—. Solo quería darte un pequeño aviso...
Sus manos bajaron lentamente, pero no perdió de vista a ninguna de ellas. Sacó del bolsillo de su abrigo una fotografía.
—Toma, es para ti.
Dudó unos segundos antes de tomarla y observarla bien. Un extraño escalofrío bajó por su espalda al ver una foto de ella junto a Koni el mismo día que la mencionada había tenido la dolorosa caída.
—No se atrevan a tocarla —pronunció con firmeza, sujetando al instante el cuello de la chica con la intención de intimidarla, pero fue todo lo contrario, ya que la chica la seguía observando con una gran sonrisa.
—Nosotros no lo haremos, pero... ¿y los héroes? —justo en ese momento su cuerpo comenzó a volverse una masa extraña.
Se alejó de ella rápidamente, sin saber qué hacer o decir. Sabía que los héroes eran unos malditos... ¿pero de verdad se atreverían a dañar a Koni? ¿A la única persona que le importaba en todo este sucio mundo? Necesitaba respuestas, conocer la verdad oculta.
—Maldición... —jaló su cabello con frustración—. ¡Ah!
Si iba y le decía a Aizawa lo que había sucedido, estaba segura de que dudaría de ella e incluso tratarían de investigar toda su vida para asegurarse de que no fuera alguna infiltrada o, peor, miembro de la conocida Liga de Villanos. Pero si guardaba silencio, tal vez podría descubrir nuevas cosas que la ayudarían a llegar hacia la persona responsable de su maldición.
