Yo estaba en la cama tranquilamente tratando de dormirme.
Lo que no sabía era que Ilun rondaba por Bakardade con un único objetivo.
Hacernos sufrir a todos los que estábamos allí.
Cuando por fin había logrado dormirme, no hubo ni un minuto de calma. Empecé a escuchar gritos por toda la casa.
Los gritos venían de la cocina. La casa no era muy grande comparada con las personas que vivíamos allí: Oier, su hermana Maddi, Eneko, todas nuestras madres y yo.
Bajé rápidamente a la cocina y me encontré con una situación que jamás me habría gustado ver.
Allí se encontraban mí madre, la madre de Oier y Maddi y Oier, que estaba sentado en una silla con la supervisión de nuestras madres.
Los gritos los estaba lanzando Oier y eran por una buena razón.
—¡No puedo ver! —gritaba como si alguien pudiera ayudarle.
Mi madre me miró y me hizo un gesto con la mano para que fuera a su lado.
—Buenas noches, mi amor —me saludó ella susurrando.
—Hola, mamá. ¿Qué está pasando aquí? —pregunté intrigada.
—Ha venido Ilun.
Con eso me lo dijo todo, no necesitaba que me dijera nada más para saber lo que estaba ocurriendo.
Me acerque hacia la silla donde se encontraba Oier y puse una mano encima del hombro de su madre, Maitane. Ella estaba sollozando.
Miré directamente la cara de Oier y yo también me puse a llorar. Agarré su mano con fuerza y le dije que todo iba a salir bien.
—No —me respondió él—, estoy condenado. Ilun ha venido a por mí.
Volví a mirarle a la cara y me fijé con más detenimiento. En general, estaba bastante bien. Pero se veía en su mirada todo lo que estaba sufriendo. Era algo extraño ya que al mismo tiempo, no tenía ningún tipo de mirada. Sus ojos tenían únicamente pupila.
Eran completamente negros.
Ese era el primer síntoma de Ilun.
Os contaré con detenimiento lo que es exactamente Ilun.
Ilun no es ninguna persona, de hecho, no es ningún tipo de ser. Es simplemente un espíritu. Algo que no se ve, pero que sabes que está ahí. En todos los pueblos se sabe lo que es. Es una enfermedad muy grave que transmite oscuridad. Es el único síntoma que produce. El problema es que cada vez que la oscuridad se va expandiendo por un cuerpo infectado, esas partes del cuerpo que están oscuras, dejan de funcionar.
Por eso Oier había perdido la vista.
Y la oscuridad se expande poco a poco hasta infectar todo el cuerpo, ahí es donde el cuerpo se debate entre la vida y la muerte.
Mayoritariamente gana la muerte.
También os contaré un poco sobre mi vida y sobre cómo son mis mejores amigos.
Primero estoy yo, Jul. En realidad me llamo Julene pero no me sentía cómoda con mi nombre y decidí acortarlo. Ahora todo el mundo me llama Jul. Vivo con mis tres mejores amigos y todas nuestras madres en una casa situada en un pequeño pueblo llamado Bakardade, que es euskera significa soledad. Se llama así puesto que solo hay tres casas y nada más. Soy inteligente pero no estoy en muy buena forma física. Tengo el pelo tan negro como el carbón, largo y liso. Tengo los ojos grises y soy alta.
En segundo lugar tenemos a Eneko. Él es uno de mis mejores amigos y es hijo único, como yo. A él, en cambio, siempre le han gustado los deportes y le gusta salir por las mañanas a correr por el bosque. Su madre se llama Naiara. Es de baja estatura y tiene los ojos de color avellana. Tiene el pelo corto, ondulado y de color marrón.
Ahora, os hablaré de Maddi. Maddi siempre ha sido muy positiva y le gusta dibujar. Yo pienso que es toda una artista. Comparte madre con su hermano Oier, cuyo nombre es Maitane. Físicamente es muy guapa. Es de estatura media y tiene unos ojos tan verdes como la propia esmeralda. Su pelo le llega hasta los hombros, es ondulado y pelirrojo. Pienso que si quisiera salir con alguien, lo tendría todo a su favor. Pero ella siempre ha preferido estar soltera y vivir la vida a su manera.
Por último, tenemos a Oier. Oier es un chico muy negativo pero inteligente. Lo que más le gusta hacer es pensar. Hay momentos en los que tiene la mirada perdida en el horizonte y por más que le hablemos tratando de que nos diga algo, él no sale de esa situación hasta que ya ha pensado lo suficiente. Es un chico alto y de ojos marrones. Su pelo es corto, liso y rubio, al igual que el de su madre.
En ese momento me acerqué más hacia él y le acaricié el pelo con suavidad.
De pronto, todos los que estábamos en la sala oímos un sonido metálico y miramos hacia la puerta de la cocina, que se estaba abriendo y fue entonces cuando Oier preguntó:
—¿Qué está pasando?
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AMETS
FantasyJul es una chica de 14 años que vive en una misma casa con sus tres mejores amigos: Oier, Maddi y Eneko. Cuando Oier cae enfermo, Jul decide partir de su pequeño pueblo con sus dos amigos en busca de la cura. El problema es que solo tienen dos seman...