CORRUPTION GRAVITY [MPREG, BOY LOVE]

Todo Fue Una Mentira

Osamu Dazai huía bajo la lluvia, entre charcos, resbalones y caídas. Lloraba porque había revivido una de sus peores pesadillas del pasado.

Su padrastro encontró su ubicación, entró a su casa, y repitió aquel mal acto hacia su hijastro cuando éste apenas tenía doce años de edad.

El castaño estaba lastimado. Su sangre derramaba de sus heridas. Cortes, moretones, debilidad.
Su corazón latía bastante rápido pero por primera vez, no tenía ese deseo de morir sino de vivir.

Se detuvo en la orilla de un viejo edificio a vomitar sangre. Cayó debilitado.

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Una voz bastante conocida y los llantos de un bebé lo despertaron. Lentamente abría sus ojos, visualizando a cierto joven azabache con un bebé.

— ¡Dazai-san! ¡Despertaste! Todo estará bien.

Akutagawa trataba de animarlo, mientras que con una de sus manos limpiaba una herida en la frente de su ex mentor, y con el otro brazo arrullaba a Kaoru para que dejara de llorar.

Dazai estiró uno de sus brazos hacia el bebé, tocando con ternura una de sus piernitas y pie. Sonrió.

— F-Felicidades, Akutagawa... Tu bebé es hermoso.

Dijo débil. Sonrió de nuevo, e inconscientemente estaba llorando.

— Dazai-san... ¿Qué te hicieron?

— Eso no es importante. Quiero hablar contigo sobre Atsushi-kun.

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Odasaku había pedido que Atsushi fuera a su hogar después de dejar a Natsuki en casa. El albino se encontraba en casa de Oda, esperando las palabras que él tenía para decirle, sin saber que se trataba del "amante" de Ryūnosuke.

— Soy el amigo de Dazai. Y de Akutagawa-kun. Mi nombre es Sakunosuke Oda, y...

— ¿Tú eres...el que salió con Akutagawa antes que yo...? ¿Eres por quién me ha estado engañando todo este tiempo?

— No. Considero a Akutagawa-kun como un hermano menor, quizás un hijo al que pueda cuidar y proteger. Él te sigue amando muchísimo, Atsushi-kun. No hay un día que no te mencione. Por cierto, tu bebé es un niño sano y hermoso.

Las palabras del hombre desconocido se escuchaban sinceras. Atsushi se ruborizó por el último comentario, y sintió cómo su corazón se aceleraba de una manera especial.

— ¿M-Mi bebé? ¿Ya nació mi bebé? ¿Dónde está? Quiero verlo. Y quiero ver a... Akutagawa... Entonces ¿Todo era una mentira? ¿En verdad no eres su amante?

Oda negó con la cabeza.

— Te aseguro que no. Pero sí he estado viviendo con él para ayudarlo con Kaoru.

Respondió serio. Sacó su teléfono móvil, y buscó una fotografía del bebé para mostrarla a Atsushi. Un pequeño Kaoru con su ropa de algodón, y un muñeco de felpa.

— ¿Se llama... Kaoru?

Sus ojos derramaban lágrimas de felicidad. Sentía la necesidad de tener al niño en sus brazos, abrazarlo y besarlo de manera tierna. Era un sentimiento que por primera vez venía a su vida. Ni siquiera con Natsuki había sentido cosas tan lindas como ahora.

— Llévame con Akutagawa.

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— Natsu, ¿Y tu padre?

Cuestionó Chūya. Preparaba la cena para los tres, y le molestaba que Atsushi no hubiera regresado siendo ya muy tarde.

— Papá se fue con un señor.

— ¿Sabes el nombre de ese señor?

El pelirrojo menor negó con la cabeza, sin poder darle una respuesta segura a su madre.

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Oda llegaba a casa de Akutagawa con Atsushi y...

Dazai, quien creía muerto a su mejor amigo, rompió el llanto y se acercó a él lo más rápido que pudo, abrazándolo entre lágrimas, sin intenciones de soltarlo.

— ¡¿E-En verdad estás vivo, Odasaku?! Esto....es un milagro...

Oda le correspondía tierno, y palmeaba su espalda.

— Estaré aquí para seguir apoyándote, Dazai. Sé que quieres estar con Nakahara. Mañana ve a visitarlo, llévale algo que amaría tener, y algo para el niño.

— ¿C-Crees que funcione, Odasaku? ¿A tí...te ha funcionado con alguien?

— Sigo soltero, Dazai. Pero creo que es buena idea la que te mencioné.

Respondió sonriendo.

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Mientras tanto, el Shin Soukoku...

Akutagawa se negaba a ver a Atsushi. Permitía que éste se acercara al bebé, pero no le dirigía la palabra hasta que...

— Supe que te casaste con Chūya-san y que son muy felicidad juntos.

Celoso. Atsushi frunció el ceño algo confundido.

— ¿Casarme? ¿Con Chūya-san? Eso... No es verdad.

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Al día siguiente...

Dazai había llegado a la mansión de Chūya con dos regalos.

Natsuki lo recibió alegre y gentil. Feliz de verlo.

— ¡Perro-san!

— ¡Hola, Nat-su-ki-kun! Has crecido mucho.

Lo levantó en brazos, cuando un delicado Chūya se aproximó a ellos.

— Te quiero lejos de mi bebé, Dazai.

— ¿Por qué? Sólo me quieres alejar a mí. Natsuki-kun dijo que todos somos sus padres.

— Todos menos tú. Me avergüenzas.

— ¿La razón?

— No la hay. Sólo me molestas.

Fue rápido y corto, debo ir a dormir!