Nueva Familia

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Sigma no estaba casado, y su mayor deseo siempre fue reencontrarse con Osamu, su amigo de la infancia, y casarse con él una vez ambos fueran adultos.

Dazai ya le había contado sobre sus sentimientos hacia Chūya, y lo que Chūya decía de no estar juntos jamás, por lo que aceptó el matrimonio con Sigma sólo para ver si funcionaba, y por el bienestar de Karma, quien le había tomado bastante cariño correspondido al profesor.

Sigma no tenía ningún inconveniente en ser padrastro de un niño de doce años, al contrario, le emocionaba enseñarle todos sus conocimientos para que su nuevo hijo Karma ingresara próximamente a la secundaria y sin problemas.

El pelirrojo ojiazul terminaba las planas con el vocabulario japonés de los tres tipos de escritura, practicando su letra y el orden en que los kanjis deben escribirse.

Estaba bastante entretenido hasta que Sigma y Dazai entraron a su habitación, con una exquisita cena para él.

— ¡Holaaa, mi Salmón! Papi Sigma y yo traemos algo muy rico para tí.

Dijo Dazai con algarabía, mientras que Sigma apartaba el cuaderno y los demás útiles escolares de la mesa de piso de Karma, para colocar los tazones y platos con la cena.

— Puedes hacer una pausa para tus estudios, hijo. He enseñado a tu mami a cocinar delicioso.

Añadió el albino, palmeando un par de veces la cabeza de Karma y sonriendo.

— Mamá cocina delicioso desde antes...

— No mientas, Karma. Sabes que eso es mentira. Mi comida nunca supo bien.

Interrumpió Dazai, haciendo que Sigma riera divertido.

Dejaron la cena para Karma, y ambos abandonaron la habitación, dirigiéndose a la sala a conversar sobre un tema un tanto importante, al menos para uno de ellos.

Tenían cada uno una taza con café sin azúcar y un pan dulce para acompañar.

— Osamu, tenemos un mes de casados y dos meses desde que no ves a ese niño. ¿Nakahara te ha dejado ver a tu hijo?

Preguntó serio. El castaño negó con la cabeza y dió un sorbo a su café, para luego dar una respuesta.

— No. Chūya no quiere que conviva con Natsuki-kun. Es mi hijo, Sigma, y necesita de mí aunque Chūya no lo acepte. Él quería que eligiera entre Natsu y Karma, pero no pude hacer eso. Seguramente cree que elegí a Karma pero... mi salmón no tenía en aquellos días alguien que cuidara de él. Ahora nos tiene a los dos y es un niño feliz, y gracias a tí, yo también soy muy feliz.

Sonrió tierno. Se había dado por vencido con Chūya, pero jamás dejaría de intentar tener parte de los derechos de Natsuki.

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En el transcurso de los tres meses, los miembros de la Agencia de Detectives Armados y los de la Port Mafia se habían enterado de la verdad sobre el padre de Natsuki, del matrimonio de Atsushi y Akutagawa y el ahora matrimonio e hijo que Dazai compartía con Sigma.

En los últimos días, Chūya había presenciado la cálida y amorosa convivencia de Dazai con Karma y Sigma en distintos puntos de la ciudad. Se sentía un poco celoso y envidiaba su familia, que de alguna manera, pudo ser suya.

El pelirrojo sujetaba una de las manitas de Natsu, quien traía sombrero al igual que él. Ambos llegaron a la Agencia en busca de Dazai, y se vieron en la necesidad de esperarlo en unas bancas de afuera.

— Mami, ¿Por qué vinimos a la agencia? ¿Vas a decirle a papá que viva con nosotros?

No, cariño. Vas a saludarlo y pedirle que venga a casa a cenar hoy por la noche.

— Sí, mami.

Natsuki se acomodó su sombrero, e ingresó a la oficina de la Agencia donde Dazai se encontraba "trabajando" en unos documentos junto a Kunikida.

— ¿Papi Dazai?

Al escuchar esa voz infantil, Dazai volteó enseguida y extendió sus brazos para recibirlo cálidamente. El niño corrió hacia él, siendo abrazado por Dazai, recibiendo un tierno beso en su mejilla de su parte.

— ¡Mi Natsu, mi niño! ¿Has estado bien? Papi te extraña mucho.

El pelirrojo sonrió, dejando caer su sombrero accidentalmente con el abrazo de su padre.

— También te extraño mucho, papi, y a Karma-niisan. Mamá dijo que Karma-nii es su hermano también, entonces ¿Él es mi tío o mi hermano?

Kunikida carraspeó, molestándose un poco por la presencia del niño en horas de trabajo.

— Ambos.

— Papá.

— Dime.

— ¿Puedes venir a cenar hoy con nosotros?

— ¿Eh?

Tanto a Kunikida como a Dazai les pareció una invitación bastante rara, pero tratándose de un niño no podía negarse fácilmente.

— Está bien.

Natsuki se fue sonriente, dando saltitos de alegría.

— No confío en esas invitaciones, Dazai. ¿No será una trampa de Nakahara?

— También tengo mis sospechas, Kunikida-kun. ¿Crees que Chūya quiera matarme?

— No estoy seguro.

— Chūya no puede matarme. Iré.

CORRUPTION GRAVITY [MPREG, BOY LOVE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora