Hola hola 🧡 aquí les traigo la historia de la que les hablé en la nota de uno de los capítulos anteriores de Corriendo hacia ti. Es bastante diferente a la de Pierre y Gia, pero espero que les guste. Si llegaron a esta historia primero no se preocupen, tampoco hace falta leer tanto la otra (Aunque les agradezco el apoyo). Como siempre, les dejo una canción al inicio para que entren en el mood 😂 No me culpen si la mayoría son de este álbum de TS, da justo la vibra buscaba.
El club estaba completamente lleno esa noche. Las luces de colores envolvían a los cuerpos que bailaban con dificultad para no rozar a la persona equivocada en medio del local. La cabina del DJ estaba casi tan ocupada como la pista de baile. Observé con lástima a las niñas que bailaban a la par de aquel sujeto de mirada perdida. Probablemente estaba tan drogado que no notaba que todas ellas habían arriesgado su vida y sus tacones por subir hasta allí y pasar un rato con él. Alguna vez yo había sido una de ellas, desesperada por la aprobación de un montón de idiotas con la billetera forrada...
Aún recordaba la primera vez que lo vi, fuera de un club no muy diferente a este en Mónaco. El estúpido ex prometido de mi mejor amiga nos había invitado a dar un paseo en el yate de su primo, y terminamos en Monte Carlo sin saber qué esperar. Al caer la noche nos dirigimos al centro intentando camuflarnos con los locales. Pero cuando los locales son millonarios que lucen un Rolex como si nada y tienen una colección de Rolls-Royce en su patio, es un poco difícil.
Seguramente por eso Francesco me había elegido a mí, su acto de caridad. Dejó a un lado a sus amigos hijos de papi y mami y se acercó a mí con decisión para que yo también dejara a mi grupo atrás. Lo seguí como las abejas a la miel y el resto es historia.
Me enamoré como nunca de una persona que ahora entendía nunca fue real. Ninguno de estos niños ricos son realmente lo que aparentan. Vestidos, zapatos, bolsas...lo tuve todo a cambio de un bajísimo precio: mi dignidad.
No había asistido a sus lujosas escuelas, jamás había montado un caballo y nunca le entendí al golf.En resumen: lo tenía todo para ser la burla de cualquier socialite. Francesco lo sabía muy bien cuando me arrastró con él a su mundo plástico, pero no le importó. No le importó un carajo porque yo no había sido más que una estúpida apuesta para él y sus amigos. Algo que puedes desechar como si nada.
Después de la depresión que yo misma me había buscado al enamorarme de alguien como él, decidí hacerle un favor a todas las niñas ilusas que estaban ahí afuera y que habían comprado los cuentos baratos de Disney. Iba a exponer uno por uno a esos imbéciles, me aseguraría de que jamás volvieran usar a mujeres inocentes para sus estúpidas diversiones...y por qué no, iba a disfrutar de besar a chicos guapísimos en el proceso. Hasta ahora, las fotos de mi vida pasada con Francesco me habían vuelto popular entre los niños ricos en las apps de citas. Es más fácil si creen que eres como ellos.
Pasadas un par de citas todo el asunto de la venganza había dejado de ser un simple plan y había empezado a volverse una obsesión, un pasatiempo. Conocía no solo los clubes más exclusivos de la ciudad si no también a la gente correcta que podía asegurarte un lugar en un club repleto, justo como en el que me encontraba hoy. El resto de tiempo era simplemente Jay, la camarera alegre que vivía al lado de su mejor amiga.
-¡Me encanta tu chaqueta! - comentó a gritos el tipo sentado frente a mí, con el que había quedado para salir esta noche.
No super distinguir si lo decía en serio, o se estaba burlando de mí por no cumplir con el código de vestimenta del club. Había olvidado llevar mi ropa a la lavandería y mi mejor amiga había accedido a prestarme una chaqueta roja llena de parches con el logo de Ferrari.
-Amo la vibra vintage - le contesté desinteresada. Aunque era bronceado, de ojos verdes y musculoso, no me atraía para nada. Era tan aburrido que no despertaba en mí ese instinto de caza. Sus palabras no me hacían odiarlo, como odiaba a Francesco y sus amigos. Simplemente me daba igual.
-¿Le vas a Ferrari o solo te gusta el deporte en general? - empujó su cuerpo por encima de la mesa para acortar la distancia entre nosotros - Porque justo tengo un amigo que conoce a un piloto y están aquí esta noche.
-Claro...me encantaría - fingí estar entusiasmada por un segundo. Necesitaba al menos levantarme de mi asiento o moriría del aburrimiento.
-De hecho - dijo revisando su teléfono - creo que están justo...allá.
Seguí con la mirada el punto que me señalaba entre la multitud. Esta vez, en la cabina del DJ distinguí a dos tipos que no estaban ahí antes. El más alto de ellos bailaba sin ritmo mientras que el otro de cabello dorado y cara de pocos amigos sostenía una cerveza en su mano y observaba a la multitud sin mucho interés.
El chico me arrastró entre la multitud y cuando estuvimos lo suficientemente cerca de la cabina empezó a gritarle a sus amigos.
-¡Alex! ¡Alex! - el sonido de la música era aún más alto en esta parte del club, y dudé que su amigo lo escuchara, además de que parecía muy concentrado en su ridículo baile. Aquello era una pérdida de tiempo. Estuve a punto de girarme y largarme de ahí cuando la mirada del otro tipo se cruzó con la mía.
En ese momento se desató el infierno.
![](https://img.wattpad.com/cover/289408751-288-k101524.jpg)
ESTÁS LEYENDO
En dirección opuesta (Max Verstappen)
FanfictionDespués de que un niño rico le rompiera el corazón, Jay tiene un único pasatiempo: vengarse de los tipos como él ¿Podrá lograr vengarse también de cierto piloto malhumorado y temido por todos?