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ELIZABETH AYDIN

Me levanto muy temprano como siempre y a penas lo hago me dispongo a hacer mi pequeño ritual, que consiste en decirme en un susurro una frase, que según yo hará que todo el día me vaya muy bien, sé que no tiene mucho sentido, pero aun así lo hago.

— Hoy todo va a salir bien, soy valiente y capaz de todo.

Me lo repito 3 veces y para que "funcione" lo debo hacer a penas me levante sin abrir los ojos pues según yo la "magia" no ocurrirá si los abro y los vuelvo a cerrar para el ritual, pues eso sería trampa. Si... bueno, cualquiera pensaría que es algo tonto pero la mayoría de las veces me funciona y me motiva pues trato de que cada día sea mejor que el anterior.

Al terminar con este ritual decido empezar con mi rutina diaria que consiste en prácticamente 5 pasos que son:

1. Recoger las cosas con las que duermo en el sofá, pues si llega a venir algún invitado inesperado se vería mal que sepan que alguien duerme ahí. Además, mi madre tiene la costumbre de sentarse en este sofá a ver las noticias matutinas mientras toma su café.

2. Después de asearme me dispongo a realizar el desayuno para todos en casa y cuando digo todos me refiero incluso a mi hermana con su marido y sobrino que viven aparte.

3. Desayuno en la cocina mientras escucho en mi Walkman mis canciones favoritas, o bueno, las que salgan en la emisora ese momento pues no tengo tantos casetes para poder escucharlos desde la mañana sin que estos se terminen estropeando.

4. Después de que cada uno termine el desayuno y se dirijan a sus respectivos destinos muy temprano, retiro los platos y es en este momento, a las 5 am, cuando estoy completamente sola que empiezo con mi mini concierto, pues para realizar cualquier tarea ya sea lavar, limpiar, acomodar, entre otras cosas, necesito cantar, necesito desahogarme, pues solo en este momento del día siento que tengo un poco de libertad.

5. Si es lunes, miércoles o viernes voy a un voluntariado llamado "Honeycomb" donde hacemos y aprendemos de todo un poco, desde primeros auxilios hasta proyectos que tengan que ver con el cuidado del medio ambiente, el cual me encanta. Y bueno, los otros días que no tengo que ir, solo me quedo en casa a escuchar música hasta que lleguen por la noche toda mi familia.

Si, una vida muy aburrida, pero así se supone debe ser hasta que me case, lo cual no me agrada mucho, pero es la única manera de ser un poco "libre" pues incluso si intentara escapar y hacer mi vida sola como siempre he querido no podría hacerlo, pues hasta donde me contaron mis padres y Emir, todo el país se rige por esta tradición, por lo cual he desechado esta idea completamente sobre todo porque no quiero terminar... ¿mal?

Cuando estaba terminando de limpiar completamente la sala escucho con suerte el teléfono de la casa pues justo paró la música de mi Walkman, sino, ese teléfono hubiera seguido sonando.

— Si, ¿diga? — Contesto de inmediato.

— ¡¿Por qué diablos no contestabas el teléfono?! Te he llamado 5 veces y recién me respondes. — Dice Emir muy enojado. — ¿Acaso estás con alguien? ya dime la verdad, o lo averiguaré por mis propios medios y no te va a gustar lo que pienso hac...

— Emir tranquilo, no estaba con nadie, solo que estaba con los audífonos, lo siento si te hice preocupar, pero ya sabes que cuando estoy escuchando música me desconecto del mundo.

— Siempre es lo mismo contigo, escúchame bien, si a la próxima vez que yo llame no me contestas de inmediato hablo con tu madre para que te quite ese estúpido aparato. — No respondo por lo que agrega. — ¡¿Me escuchaste?!

-No, tú no puedes hacer eso, sabes que es lo único que tengo y amo, así que no te permito que...

— ¡¿No me permites?! Ay por favor Elizabeth, si yo digo algo lo haces y no me retes porque sabes muy bien que el castigo podría ser peor.

Se Paciente Conmigo |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora