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ELIZABETH AYDIN

—Entonces, para concluir solo necesito una pequeña frase que te represente Eli, la pondremos en el libro. Puedes decirme ahora o puedes hacerlo otro día, no hay apuro. —Dice Kiral mientras recoge todo lo que usamos para la última entrevista en su pequeña maleta.

Me sorprendió que haya aparecido esta mañana solo. Tuve la esperanza de que en algún momento del día Ahmed o Baadir aparezcan, pero no lo hicieron. Incluso Kiral ha tenido que tomarme unas fotos que según él son muy necesarias para el libro. Me ha tomado demasiadas y la verdad no se si les sirva de mucho, pues en todas aparezco igual.

Antes de que Kiral se levante y salga corriendo, tomo la cámara en mis manos y hago que me preste atención.

—Te daré la frase que necesitas otro día, pero..., ¿Dónde están Ahmed y Baadir? ¿Por qué no vinieron?

Su semblante cambia drásticamente y no puede ocultar que se ha puesto nervioso.

—Bueno..., emmm, Baadir está enfermo y por eso no ha podido venir hoy, si..., por eso.

—¿Qué tiene? ¿Se siente muy mal?

No puedo dejar de sentirme culpable después de lo que le dije ese día y ahora me siento peor, porque es obvio que Kiral me está mintiendo, no soy tan tonta para no darme cuenta de que me está dando una excusa muy mala en nombre de Baadir.

—No, para nada, solo que no quiere contagiar a alguien más.

Decido no decir nada más sobre Baadir, pues tampoco quiero hacer sentir incómodo a Kiral.

—Entiendo y ¿Sabes algo de Ahmed?

Estira su mano para pedirme la cámara y yo cometo el error de dársela de inmediato.

—De él no sé mucho la verdad —mira su reloj—, bueno, ya me tengo que ir, adiós, Eli.

Sale corriendo y casi tira la cámara, pero la atrapa en el aire y se va sin mirar atrás.

Me lanzo al sofá y estoy a punto de sacarme los zapatos y acomodarme para tomar una pequeña siesta, cuando escucho que llaman a la puerta

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Me lanzo al sofá y estoy a punto de sacarme los zapatos y acomodarme para tomar una pequeña siesta, cuando escucho que llaman a la puerta.

«No espero a nadie ¿Será la mamá de Emir? ¿Mi madre? ¿Ahmed o Baadir?»

Salgo de mi trance cuando el timbre suena con más insistencia. Me coloco bien los zapatos y trato de acomodar mi ropa por si es alguna visita inesperada. Dejo mi walkman a un lado con algo de fastidio, pues estaba justo en mi canción favorita del momento.

Me dirijo a la puerta con algo de expectativa pues ruego que sea alguien que no arruine mi día. Apenas abro la puerta, noto que no es ninguno de los que esperaba, de hecho, no es alguien que conozco. Es una mujer y noto que no es de aquí pues su vestimenta es muy diferente a la que llevamos todas las chicas del pueblo.

Se Paciente Conmigo |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora