≈ 𝓔𝓵 𝓽𝓲𝓮𝓶𝓹𝓸 𝓪 𝓽𝓾 𝓵𝓪𝓭𝓸 ⏳ || ᴷᵃᵗˢᵘᵏⁱ ᴮᵃᵏᵘᵍᵒᵘ ʸ ᵗᵘ.

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–Nada puede ser peor–

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Tuve que tragarme todo lo que sentía, no importaba lo que pensara ahora, no podía cuestionarme nada a estas alturas, ya había tomado una decisión.

Lógicamente dicha decisión no incluía a Bakugou. Después de todo lo que pasó veo que fue realmente estúpido pedirle ayuda. Pero el que no me apoye hizo que me tomara una pausa. No estoy segura de que pensaba al principio dándole al él un lugar importante en mi misión.

Siendo sincera.

¿En qué podía ayudarme Bakugou? Además de servirme de apoyo moral, claro...
¡Vamos, que ni para eso colaboraría!.

Le di varias vueltas, lo pensé lo más fríamente que pude durante un día y medio, él está en lo cierto, no tenía razón para ayudarme, pero igual yo no lo necesitaba.

Yo era más que suficiente, era todo lo que necesitaba, Bakugou no haría más que estorbar.

Trataba de convencerme de eso mientras salía de clases. Mantuve un perfil bajo con todos en la UA, lo menos que quería era levantar sospechas y volver a pelearme con Bakugou.

En el fondo sentía culpa, provocar nuestra discusión y luego hacer que nunca existiera...
Muy en lo profundo de mi ser sentía que estaba haciendo algo mal.

Pero ya no tenía tiempo para desperdiciar deprimiendome o pensando demasiado en cosas que distrajeran mi atención de mi objetivo, los pensamientos no eran el problema, justamente el tiempo lo era.

Fui al parque donde Izuku y yo habíamos terminado, repetí con casi perfecta exactitud todo lo que había hecho ese día.

Mi don me lo exigía, para volver al pasado debo estar en el lugar y la hora exacta del momento en cuestión.

Me llené de nervios he de admitir, nunca había intentado cambiar los hechos de un evento que había pasado hace tanto tiempo atrás, normalmente no dejaba pasar más de un día para cambiar lo pasado.

Si de algo estoy segura es que volver ahora va a ser más difícil que si lo hubiera hecho hace días atrás.

El reloj de una de las tiendas más cercanas marcaba 5:30 pm, ya no podía esperar más.

Chasqueé los dedos de ambas manos al mismo tiempo. Percibí una fuerte corriente de energía recorriendo por los mismos, todo a mi alrededor comenzó a ir hacia atrás muy rápido, oscureció y volvió amanecer, y así sucesivamente fueron regresado los días.

Sentí un mareo repentino, tuve que cerrar muy fuerte los ojos para tratar de aliviarme.

Pasados unos segundos, volví a chasquear mis dedos y sentí un tirón en las piernas, la inercia casi me hace caer.

Al abrir los ojos y comprobé la fecha en mi celular, una sonrisa complacida se me dibujó en la cara al ver que lo había logrado.

Aquel viernes de la semana pasada.

Miré a mi alrededor y era un día hermoso, el cielo azul con unas cuantas nubes que dejaban ver divertidas formas a quienes les contemplaran, el sol brillaba radiante y alegremente, para acompañar todo eso soplaba una suave brisa que tenía cierto aroma a lavandas y vainilla. Era como si el ambiente en ese viernes se estuviera riendo de mí.

¡Que maldita ironía era eso!, el día en que me sentí como la mayor basura del mundo, había sido un día inusualmente precioso.

Todas las sensaciones de entonces volvían a mi. Experimentaba la misma impotencia que la primera vez, el enojo seguía en crecimiento y las lágrimas amenazaban con escapar.