≈ 𝓔𝓵 𝓽𝓲𝓮𝓶𝓹𝓸 𝓪 𝓽𝓾 𝓵𝓪𝓭𝓸 ⏳ || ᴷᵃᵗˢᵘᵏⁱ ᴮᵃᵏᵘᵍᵒᵘ ʸ ᵗᵘ.

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—¿¡Estás loca!?—

-

Katsuki Bakugou:

La campana había sonado, pero cuando entramos a la clase la oruga aún no había llegado.

¡Ja!, Deku no corrió con la misma suerte. Tuvo que disculparse como idiota miles veces en vano, aun así lo castigaron; un mísero castigo es poco si hablamos de todo lo que se merece aquél desgraciado.

Por mucho que me gustara ver la vergüenza en el rostro de Deku, esta vez decidí ignorarlo, tenía cosas más importantes en que pensar. Por ahora Siara me preocupa más.

Durante la clase mantuvo una melancólica mirada perdida.

Sus ojos estaban fijos, mirando hacia el frente, pero parecían no prestarle atención a nada realmente.

Se sentía fría y ausente.

Su actitud no cesó durante todo el día, incluso en el almuerzo, comió sola, es extraño en ella, usualmente se sienta conmigo y Kirishima.

Le hice señas para que pudiera avistarnos e incluso intenté acercarme. Pero ella ni siquiera demostraba el mínimo interés.

Me ignoró, no supe si apropósito o solamente por estar hundida en sus pensamientos, consideraba la segunda opción, ella tenía ese hábito, cuando no comprendía algo tendía a encerrarse en su "paraíso mental" como ella le llamaba, para poder analizarlo.

Pero ese estado nunca la había hecho comportarse de esa manera, cuando hacía eso normalmente no duraba más de cinco minutos en encontrar una respuesta, ella era muy rápida y sencilla, no esperaría menos de alguien como ella.

Ahora, estaba preocupándome, ¿Qué sería aquello que la hizo sumirse tanto en su propia mente?, Tal vez... No era eso, ¿Qué diablos pasaba?, ¿Por qué no querría dirigirme la palabra ni una sola vez en el día?.

Durante los últimos meses todo fue distinto, incluso los almuerzos, no se despegaba del nerd, casi podría decir que algunas veces sentí compasión por él, había días en que Siara no lo dejaba respirar. En ese entonces comencé a cuestionarme si esa chica era mi verdadera amiga, incluso pensé que la habían reemplazado por alguna imbécil sin cerebro. Pero nunca me dejó de lado, no como ahora.

Es lógico que ya no haría esas estupideces con el inútil, pero ¿Por qué no volvía a sentarse con nosotros?.

Me levanté de mi asiento ya harto de mirarla comer sola, me sentí frustrado, ¡tenía que decirme cómo se sentía!, ¡necesitaba saberlo ya!, ¡¡con un maldito demonio!!, ¡¡estaba cerrándose al mundo!!, ¡¡cerrándose a mi!!.

La mano de Kirishima se posó en mi muñeca ejerciendo un poco de fuerza, me sacó de las especulaciones que mi cerebro no terminaba de crear y me di cuenta de lo agresivo que estaba siendo sobre un tema sensible, al menos para ella.

-Bakubro... Déjala sola...-. me dirigió su típica mirada amable y compasiva.- Tal vez lo necesita, cuando esté lista estoy seguro que volverá a la normalidad...-. fue muy suave con su tono de voz, me detuve, detallé su expresión, también estaba preocupado,ya que aunque no eran tan cercanos mantenían una buena relación, su rostro era de conforte para mí, al menos no estaba sólo en esto.- Vamos, sentémonos nosotros, ¿Qué te parece, bro?-. Había caminado hasta dos mesas adelante de la de Siara, ¿En qué momento?.

Respiré profundo y acepté darle su espacio...Esperando a verla más tarde.

Pero ni siquiera me espero a la salida de la escuela, fue la primera en salir del aula, corrió tan rápido que parecía que su vida dependía de ello, no se despidió y no volteó a ver a nadie.