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A mis veinte años nunca pensé llegar a éste momento, en el que veo todo con aburrimiento, cada cosa me parece más insípida que la anterior y pensar que todo comenzó con decir que quería vivir una vida más divertida, salir de mi zona de confort.

Al final lo que no hacía se volvió un sistema del cual no he podido salir, salgo en la mañana al trabajo, llegó a mi casa al medio día, no me da tiempo ni de ordenar bien mi mente antes de ir a la universidad, todo se volvió un ciclo interminable.

En el que soy el peón de la sociedad, sabía que tarde o temprano sucediera, la libertad que alguna vez busque ahora lo siento como la prisión de la que quise huir.

Mirando una esquina de la habitación solitaria y oscura en la que he vivido por dos años me doy cuenta que es lo mismo que hago desde hace un tiempo, no es que quiera mi vida pasada pero no estaría mal querer pasar un rato con mis amigos, salir, gozar la vida, volver a sentirme viva, sentirme yo, no la persona que quise construir para que los demás se sintieran orgullosos.

Puede que la decisión que tome hace un par de años fue precipitada solo por hacerme la valiente y madura cuando no tenía ningún motivo para irme de mi casa.

No me tuve que dejar llevar por la rabia que crecía en mi pecho al ver a mi madre criticando a mi hermana por seguir la vida que yo quería, puede que eso haya cambiado un poco mi futuro, siento que me convertí en una pequeña copia de ella, una que no quiere seguir estando viva, que muere con cada lágrima que cae.

"¡Carajo!". Exclamó al escuchar el sonido de una notificación, me acerco lo más rápido posible para comprobar que es mi persona favorita en el mundo, con una caligrafía perfecta me pregunta si quiero ir a dar un paseo por ella.

Apresuradamente corro a la ventana y la veo saludar desde ahí, con su cabello negro hasta los hombros y esa sonrisa que quisiera compartir. "Rápido". Puedo leer sus labios, agarro mi abrigo y salgo a toda velocidad, con un gran abrazo me recibe, no puedo estar más feliz tenía muchos días que no hablaba con ella, casi siempre nos comunicamos por mensajes de texto pero las cosas cambiaron cuando me fui de casa.

En ese par de años nos veíamos dos veces o un poco más. "Que cambió de look". Dijimos al mismo tiempo, sonrío y bajo un poco la cabeza.

"Te he dicho que no me ocultes tu sonrisa y mucho menos tu hermoso hoyuelo". Asiento con las mejillas un poco sonrojadas, recuerdo que cuando era pequeña se la pasaba diciéndome la envidia que me tenía por haber nacido con algo singular.

Lo gracioso de todo es que días después en la primaria llegó otra chica con hoyuelos y aunque a la otra extranjera se le veían mejor, no dejaba de decir que el mío era único, sabía que me quería hacer sentir bien y ahora que también lo hace no puedo estar más agradecida.

"¿Cómo vas con tu relación?". Otra de las cosas que nos distanció fue la relación que tenía, nunca me había gustado ese chico, lo más probable es que porque es mi mejor amiga yo no quería que nadie la tuviera, como si me la fueran a quitar, era demasiado inmadura en esa época.

Inclino un poco la cabeza a la derecha para ver sus ojos, parecen perdidos en las interminables luces. "Estoy soltera desde hace un mes". La noticia me emociona pero no seré imprudente como para comenzar a celebrar. "Chaeyoung-ah puedes celebrar". Suelto una risilla y sacudo mis manos hacia delante.

"Claro que no". Niego y la acerco. "Mira...hagamos de cuenta que somos desconocidas, llevo una nueva vida y siento que ya no soy la misma". Con una ceja alzada me señala el lugar al que siempre íbamos de pequeñas, unos pasos más y llegamos, al volver a entrar recuerdos de mi adolescencia llegan y no puedo evitar sonreír.

"Creo que ya tienes edad para tomar pequeña". Me cruzo de brazos y asiento. "Soy mayor que tu que no se te olvide". Ambas reímos, se me había olvidado, siempre la había visto como la menor.

"Se que lo eres...¿Unnie?". Sus ojos se abren y ahora sí me rio como nunca antes lo había hecho. "Tranquila, te diré Mina...como antes". Nos vemos a los ojos y puedo ver un destello en los suyos.

"Hoy haremos lo que siempre quisimos hacer antes de que te fueras de mi vida". Mi sonrisa se borra, era muy cierto pero no quería hablar de ese tema ahora. "Lo siento mucho, fui una estúpida". Golpea su cabeza con su dedo. "Soju y un poco de snacks serán suficientes". Me remuevo. "Chaeng lo siento mucho, si quieres te puedes ir...". Miro la puerta y niego lentamente.

"No te preocupes, dijiste la verdad pero recuerdo que dije que teniamos que hablar de nuestras nuevas vidas". Se queda quieta y a los segundos asiente.

"Mi nombre es Myoui Mina". Hago una reverencia. "Nuevo rostro de la compañía de mi padre". Muerdo levemente mi labio inferior, ahora que lo recuerdo Momo me dijo eso, que "mi supuesta mejor amiga" era muy conocida e importante.

"Mi nombre es Son Chaeyoung". Hace una reverencia. "Estudiante de arte por la tarde, trabajadora en una tienda de tecnología en la mañana y el hombre araña en la noche". Su mirada sería pasa a sus ojos cerrados aguantando la risa. "Una vida aburrida lo se".

"Me gustaría vivir tu vida, no tienes que estar como yo, sonriendo aunque tenga un día de mierda". Me dice y toma un trago.

"¿Cuando trajeron la orden?". Pregunto confundida, ella no responde y sigue viéndome. "Mina...yo también sonrío y me siento como la mierda". Digo y bajo un poco la mirada. "¿Que haces además de sonreír?".

"Dormir". Murmura. "Y pensar en por qué me aleje de mi mejor amiga". Subo la mirada al instante, no creía posible que pensará en mi.

off my face ; 𝗺𝗶𝗰𝗵𝗮𝗲𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora