Nueva York

477 88 105
                                    


Seoyun

A pesar que había tenido algo de estrés en la semana no podía dormir bien, al menos la vista de mi apartamento me relajaba mientras bebía algo de whisky, Lois estaba en mi regazo mirando las luces de la ciudad conmigo. Veía la nieve caer, mientras yo estaba solo en una camisa amplia sin ropa interior, veía el reloj en la mesita de noche y daban las 2 de la mañana.

—¿Qué haces despierta? —me tomo de la mano — regresemos a la cama hace frío.

—Voy, es que no podía dormir

—Ven te haré un te para que te relajes.

Me deje llevar por Jimin a la cocina, lo vi encender la estufa colocando el pato con agua.

Su espalda blanca tenía algunas marcas rojas.

—Tu manager va a matarme.

—Yo te provoque para mañana no se notarán no te preocupes, además el vestuario no dejará que se noten.

Me preparo el te y regresamos a dormir, iniciaríamos un día pesado de grabaciones.

…….

En la mañana fue un día de locos estuvimos ocupados con los sets de la sesión de fotos, aunque se supone que como jefa de la franquicia en Nueva York no debía ocuparme de estás cosas pero sentía que si no estaba presente no se harían las cosas bien. El día fue rápido y me entretuve bastante.

—Jefa ya quedó todo, y tiene una video llamada de Seúl— mi asistente me entrego el teléfono, mire el reloj allá eran las 9:30 am, solo podía ser una persona.

—Hola Jinri

—Hola Seoyun

—¿Qué sucede todo bien?

—Si, si todo está muy tranquilo, es que el motivo de mi llamada es más bien por otra cosa.

Arquee una ceja y cruce mis brazos ella se veía algo nerviosa mirando atrás del la cámara, hizo señas como para que se acercara alguien.

—Noona— casi se me cae mi teléfono —¡Noona si eres tú Noona!

—¡Junsgu, Kangdae! ¿Pero cómo? ¿Cómo están?

Se peleaban por estar a cuadro los dos, hasta que juntaron mejilla con mejilla.

—No sabíamos tu número, tuvimos que venir al trabajo de la otra Noona para conseguirlo.

—Si, te extrañamos mucho, no es justo que te fueras sin despedirte, pensamos que te agradábamos.

Tuve que contener un suspiro de ternura al verlos con esos ojos enormes haciendo pucheros.

—Por eso no me despedí de ustedes, porque hubiera Sido más difícil irme, saben que yo los quiero mucho —les mostré mi muñeca —nunca me quitó sus pulseras.

—Entonces si nos quieres

—Te lo dije.

Le sonreí a ambos, sus ojitos brillaron al ver las pulseras, en eso se miraron con complicidad.

—Entonces ¿Vendrás a nuestra graduación? Saldremos con honores del colegio, además que coincide con nuestros cumpleaños —dijeron al mismo tiempo.

—No creo peques, tengo mucho trabajo no sé si podría ir — no me siento lista para ir

—Por favor, solo ven a la ceremonia, no pedimos más.

Ambos juntaron sus manos en señal de súplica, yo solo sonreí esos niños son un peligro para mí corazón.

—No prometo nada, haré todo lo posible.

DualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora