Prensa

502 88 58
                                    

Seoyun

No se si era todo lo que había bebido, pero estos meses había sido todo una tortura, una tortura que se estaba borrando de manera tan simple, necesitaba un poco más de dignidad para mí, pero en realidad mi lado racional no existía nunca con él, no después de su estúpida carta, no con su estúpido rostro, no con su estúpida fidelidad, su sinceridad me quemaba, quiero fingir que nada había cambiado, al menos esta noche, podríamos decir que es solo un sueño, un sueño que me atormentara por la mañana, pero que valdrá la pena en este momento.

Vi que se acercó a mi temeroso, como si yo tuviera la intención de correr de él, analizo mi rostro al tomarlo entre su mano, sus ojos no perdían detalle de cada parte de mi cara, su aliento rozaba mis labios en su respiración pausada, rozo su nariz con la mía, yo cerré los ojos.

—Seoyun, mírame —abrí los ojos de nuevo —extrañaba tanto el color de tus ojos, solo déjame verlo un poco más.

Acariciaba mi rostro con las yemas de sus dedos.

—Si, definitivamente son los ojos mas hermosos que he visto en mi vida.

Por fin me beso, mis manos inmediatamente se fueron a rodear su cuello, el soltó mi rostro, para abrazarme de la cintura, nuestros labios se recordaban perfectamente, seguían sincronizándose de manera única, pero este beso no era como alguno que nos hubiéramos dado antes, este tenía una pasión distinta, una necesidad distinta, era lento, sentía el sabor salado de mis propias lágrimas, si solo se dedica a besarme esta noche, solo eso bastara para mí, esta sensación es la primera vez que la siento, ni con Seokjin llegue a sentirme así, trate de pensar que era una obsesión con él, pero cambie demasiado, me doblegue a un nivel que no conocía.

Me cargo entre el beso, mi piernas se aferraron a su cintura, camino conmigo a cuestas sin dejar de besarme hasta mi cuarto, me dejo con delicadeza en la cama, se termino de quitar la camisa, lo analice de arriba abajo, parecía que se había marcado más, se quitó el cinturón de los vaqueros para bajarlos con lentitud, quedo solo en bóxer, se me acerco subiendo mi blusa hasta quitarla por completo, sus labios hicieron un camino desde la línea de mis senos, besando mi abdomen hasta bajar por mi cintura, quito mis pantalones junto con el panty, yo solo ayude levantando mi cadera, los besos siguieron por mis muslos, levanto uno para pesar desde mi rodilla hasta llegar a la base de mi entrepierna, la sensación me estaba volviendo loca, su lengua roso mis labios inferiores dándome una descarga eléctrica que recorrido toda mi columna haciéndome arquear la espalda.

Separo un poco más mis piernas para que su rostro quedara justo en mi feminidad, mordió un poco la piel encima de mi monte de venus, para volver a darle atención a mi vagina que palpitaba por estar siendo atendida por él, sus dedos abrieron mis labios inferiores para que si lengua encontrara el botón que al tocarlo subía el volumen de mis gemidos, mis manos se fueron hacia su cabello metí mis dedos para poder sujetarlo, mientras seguía lamiendo, succionando y mordiendo todo lugar húmedo en mi entrepierna, ya no podía mas quería correrme, pero no así, quería sentirlo dentro de mí, quería que me follara como nunca, este placer lento era algo tortuoso, quiero mas de él, quiero todo de él.

—Jungkook —jale su cabello para separarlo, sus ojos me miraron con curiosidad —déjame sentirte.

—No se piden así las cosas Noona —el rojo de mi cara subió dos tonos, tenía tanto sin escucharlo decirme así —habla con propiedad.

—Folleme de una puta vez.

Subió para morder mi cuello, haciéndome sentir su erección caliente en mi entrepierna.

DualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora