『 26 』

3.2K 440 100
                                    

No importa lo que pase...

—¡Ni-ki, sonríe!

Y en cuanto menos te lo esperas, estás graduado y la siguiente decisión que tomes podrá ser una de las más importantes si es que así lo quieres ver.

—¡Oh, vamos! ¡Puedes hacerlo mejor! —Heeseung como todo buen amigo alentaba al contrario molestándolo, el cual el contrario respondió alzando el dedo corazón y esbozando una sonrisa falsa, por consecuencia, su madre le dio un zape por detrás sobresaltando a su hijo.

—Ni-Ki, esas no son formas de comportarse.

—Ya, lo siento, así me llevo con él.

—Es mentira, me obliga a ser su amigo, señora Nishimura sálveme.— Heeseung se había acercado a la pequeña familia mientras lloraba falsamente causando que recibiera un zape de su amigo. —De tal palo, tal astilla.— murmuró por lo bajo antes de dirigir su vista hacia una cabellera castaña.

Heeseung dio un leve codazo a su mejor amigo y este lo miro frunciendo su ceño hasta que dirigió su vista donde el contrario lo observaba, Sunoo se acercaba alzando sus brazos buscando no empujar a todas las familias amontonadas que tomaban fotos a sus propios hijos mientras buscaba a su ahora novio, en cuanto lo encontró apresuró su paso parándose frente a él, quedando cara a cara. Ni-Ki vio curioso lo que estaba en sus manos haciendo que el contrario ocultara detrás de su espalda lo que parecía ser una pequeña caja que para los dos, era muy bien conocida. 

—Hola.

—Hola.

—Oh, que lindo eres. Bonito color de cabello. ¿Ni-Ki tienes más amigos o algo más que eso?

—¡Mamá!— el mencionado bajó el rostro avergonzado ante las palabras de la mujer que lo concibió, haciendo reír a Heeseung. 

—Un gusto, soy Kim Sunoo, clase C y un año menor que Ni-Ki.

—No seas tan formal conmigo, aquí todos somos amigos.— abrazó con un brazo por los hombros al joven haciendo que se enderezara, Sunoo le dirigió una mirada nerviosa mientras el rubio se encogía de hombros. —Ahora, te nos unes para comer algo, Hee estará con sus padres, ¿o me equivoco?

—Bueno, ellos dijeron  que están invitados para que todos comamos, si no les molesta. 

—Para nada, la compañía es buena, ahora vayámonos que al parecer estos dos tienen cosas que hablar, pero no lleguen tarde, los esperamos en casa.— guiñó un ojo a los dos, ocasionando que sus rostros se tiñeran completamente de rojo. 

—¿Tu madre ya sabe? Pensé que le contaríamos los dos. 

—No lo sabe, o eso quiero creer, lo más seguro es que sospeche y no se como lo hace. 

El castaño comenzó a reír por lo bajo atrayendo la atención del contrario haciendo que se contagiara levemente, tomó su muñeca observando sus ojos con detenimiento antes de voltear para comenzar a caminar apresurado fuera de ese montón de gente y comenzar a correr cuando ya se encontraba más despejado. Continuaron hasta llegar al ya conocido parque, buscaron un lugar con poca gente y en cuanto lo hicieron, se recostaron en el césped observando el bonito cielo azul encima. Ni-Ki estaba apunto de cerrar sus ojos hasta que una pequeña caja se colocó en su campo de visión, tomó asiento rápidamente y abrió con una sonrisa el obsequio, encontrándose con el famoso postre que los acercó, esta vez siendo de color blanco con pequeñas manchas cafés y una pequeña nota.


  ¡FELICIDADES NI-KI! :D

-S

—¿Es todo?— el rubio dio vuelta a la pequeña hoja buscando algo más escrito mientras formaba un pequeño puchero. 

—Bueno, como ahora somos algo no creo que sea necesario escribir mucho, puedo expresar lo que siento frente a ti.

—¿Acaso eres Sunoo en realidad?

—Soy el mismo Sunoo, pero sabes... hay que dejar el miedo a un lado y arriesgarse. 

Lo observó tan solo un momento antes de asentir y tomar su mano, volviendo a acostarse en la verde superficie, el menor entrelazó sus dedos para voltear su rostro y dejar un bes en la comisura de sus labios. 


...tomaré tu mano

Tal vez ver un lindo amanecer.

Leer cada nota que dejes.

Comer cada macaroon que salga del horno.

Realmente siento algo y es a tu lado.


FIN

Macarons; SunKiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora